Hace sólo unos días leímos en el acuerdo PSOE-UP para un Gobierno progresista de coalición un punto del mismo que hacía mención a la propuesta de ley de muerte digna y eutanasia y de su inclusión en la cartera común de servicios del Sistema Nacional de Salud. Asunto ya tratado durante la reunión del Grupo Federal de Cristianos Socialistas PSOE, integrado en el Comité Ejecutivo Federal CEF a través de la Secretaría Ejecutiva de Laicidad, durante el pasado mes de abril de 2019, donde la Comisión Federal de Cristianos Socialistas, coordinada a nivel nacional por Juan Carlos González se manifestó a favor de que el Grupo Cristianos Socialistas PSOE volviera a ofrecerse (y con este documento hace esa apuesta) en ese necesario “puente entre posiciones que muchas veces están alejadas por el uso del lenguaje pero no tanto por el objetivo o la intención”, recordando que “desde una visión cristiana consideramos la vida un don y por ello un valor indispensable. Rechazando el suicido o cualquier otro atentado contra la vida. Pero afirmando, y no es contrario con nuestros valores, que “la dignidad de la persona es incompatible con el encarnizamiento terapéutico o el sostenimiento meramente vegetativo de la vida cuando llegamos a la fase final de nuestras vidas”.
Así se recogería en el punto 91 de los 110 compromisos “La España de los Nuevos Derechos y Libertades”, recogidos en el programa electoral socialista para las Elecciones Generales del 28 de abril, presentado por el Presidente del Gobierno y candidato del PSOE, Pedro Sánchez, Cristina Narbona y Carmen Calvo:
91. Aprobaremos una ley para regular la eutanasia y la muerte digna, defendiendo el derecho a elegir con libertad hasta el último minuto de nuestra vida, y el derecho a recibir la mejor atención médica en su tramo más difícil.
Propuesta sustentada en los datos aportados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), medidos por miembros del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (CSIC) que demuestran que más de la mitad de los cristianos católicos españoles están a favor de regular la eutanasia (52%), mientras que uno de cada tres (33%) considerarán lo propio del suicidio médico asistido. Deduciendo por ello que hay un mayor apoyo entre los católicos a la eutanasia que al suicidio médicamente asistido dado que este último genera a día de hoy un debate que habrá de resolverse a lo largo de la legislatura (diferenciaremos entre eutanasia, donde será el profesional médico quien intervenga para que el paciente muera mientras que en el suicidio asistido, donde es el propio paciente el que se administra lo prescrito al efecto con los medios e indicaciones proporcionadas por el médico).
Por último, faltaba conocer la opinión de los facultativos médicos al respecto de este punto y en concreto en nuestra Comunidad ha sido confirmada a través del Colegio Médico de Madrid a través de una reciente encuesta cuyos resultados han sido publicados a mediados del pasado diciembre de 2019 donde se indicaba que un 69,2% de los facultativos médicos de la Comunidad de Madrid apoyan la regulación de la eutanasia, dato que puede verse incrementado si se suma el 17,1% de los que estarían a favor aunque no con total seguridad, representando únicamente el 5,9% los que no están de acuerdo además de un 3,9% que tampoco dan un no rotundo en la consulta.
Dato significativo es el referido a la objeción de conciencia en cuanto a la eutanasia donde han manifestado que un 48% de los facultativos madrileños no objetaría, en contra de un 37% que sí piensa objetar, lo que deja abierto el debate en el seno de la OMC que habrá de adaptar el Código de Deontología Médica.
Estas encuestas consolidarán la opinión de Cristianos Socialistas PSOE al respecto de una ley de muerte digna y eutanasia que ya valoró positivamente durante la anterior legislatura en la propuesta del PSOE “por atender a las nuevas situaciones sociales que se están generando” pidiendo una regulación adecuada y garantista que pueda evitar “abusos graves en contra del más débil, de aquel que tiene menos recursos o menos representación”.
DOCUMENTO:
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1.- El Grupo Federal de Cristianos Socialistas, consciente de la importancia y transcendencia que tiene la propuesta del PSOE de aprobación de una Ley Orgánica sobre la Eutanasia, para el conjunto de la sociedad y muy especialmente para los cristianos, queremos contribuir, con esta nota, al diálogo y la reflexión sobre la necesidad de dignificar el final de la vida.
2.- La antropología cristiana nos lleva a considerar que la vida es un don y por ello es un valor indisponible, tanto la vida de los otros como la propia. Por ello somos contrarios al suicidio como a toda forma de atentado contra la vida. De igual manera, la afirmación de la dignidad de la persona, compartida con otras visiones, nos lleva a propugnar una muerte digna, evitando el encarnizamiento terapéutico, el sostenimiento meramente vegetativo de la vida de la persona o el sufrimiento cuando la persona se encuentra en situación terminal.
3.- De acuerdo con este planteamiento, y atendiendo al cambio social y sanitario y a la amplia necesidad social, es prioritaria una Ley de Cuidados Paliativos. Consideramos que deberían crearse Unidades de Cuidados Paliativos, dotadas adecuadamente y que alcancen a toda la población, tanto urbana como rural. La experiencia está demostrando que, donde existen Unidades de Cuidados Paliativos bien dotadas, las solicitudes de suicidios asistidos han disminuido claramente. En este aspecto consideramos que el acompañamiento psicológico y espiritual es de un valor a menudo infravalorado y que debería contemplarse como parte del proceso. Pensamos que no podemos dejar que las personas sufran de forma intolerable en el final de la vida.
4.- En este contexto entendemos que puede haber casos límite en que personas con apoyo familiar y médico decidan que deben practicar la eutanasia. Consideramos que no tiene lugar la sanción penal. Estamos de acuerdo con una ley que permita la despenalización de la Eutanasia de acuerdo con un ordenamiento jurídico fundado en la protección de los derechos fundamentales. Apoyamos las propuestas que permitan la libertad de la persona en conciencia. Consideramos importante garantizar el desarrollo de derechos que favorezcan una mayor calidad de vida personal y colectiva. Por ello, entendemos que toda persona enferma, en situaciones excepcionales, debe tener garantizado el derecho a decidir, teniendo toda la información y apoyos sanitarios y sociales posibles, a seguir -o no seguir- viviendo.
5.-En aras de asegurar las mayores garantías en esa vital decisión, apostamos por favorecer que se establezcan protocolos para situaciones límites y se potencien los Comités de Bioética hospitalarios, que ayuden a los profesionales enfermos y familiares a tomar la mejor decisión dentro de la lex artis, siendo la objeción de conciencia un contenido básico a reconocer al profesional médico. Consideramos que documentos como el testamento vital son positivos, y un apoyo y ayuda a la hora de tomar decisiones (tanto a médicos como a familiares).
6.- Como cristianos consideramos que la despenalización de la eutanasia sin la regulación adecuada y garantista puede ocasionar abusos graves en contra del más débil, de aquel que tiene menos recursos o menos representación, pudiendo convertir el final de la vida la opción menos difícil para los más desfavorecidos.
7.- Por último, afirmar que el código penal no es necesariamente la vía adecuada para proponer y persuadir de una determinada antropología a la sociedad, como es la cristiana. Valoramos positivamente la propuesta del PSOE por atender las nuevas situaciones sociales que se están generando, como es el caso de la dignidad personal en el final de la vida. Al Parlamento corresponde, desde la deliberación y el acuerdo sobre una ética mínima, la aprobación de las leyes que nos vinculan a todos.
Juan Ranea García