Una encuesta indica que la religión en España es cosa de mujeres y personas mayores
La religión es en España cosa de mujeres y de personas mayores, según un informe de la Fundación Bertelsmann sobre valores religiosos en 21 países. Una de cada tres mujeres españolas se declara "muy religiosa" (34%). En el caso de los hombres, lo son uno de cada cinco (20%). Pese a todo, el 70% de las personas religiosas reconoce no hacer caso a las consignas de su confesión en asuntos de política y sexualidad, ni en las relaciones de pareja. Sí las sigue, en cambio, cuando se refieren a acontecimientos familiares como nacimientos, matrimonios o muerte (52%), y para la educación de los hijos (37%).
El estudio de la Fundación Bertelsmann, fruto de 21.000 encuestas, analiza las grandes tendencias respecto a los sentimientos religiosos de los españoles y los compara con los de otros países europeos y de todo el mundo. Su presentación ayer en Madrid coincide con el tercer Congreso Diálogo y Acción que se reúne hoy bajo el título Valores en España y Europa: sus raíces y relevancia en el siglo XXI.
¿Regreso de la religión, como vaticinan algunos eclesiásticos optimistas? ¿Grave crisis del catolicismo, sobre todo en Europa? El papa Benedicto XVI ha llegado a decir que su Iglesia es en Europa como "una viña devastada por jabalíes". El estudio de la Fundación Bertelsmann no indica eso. Refleja incluso que el acelerado proceso de secularización de décadas atrás "ha disminuido su velocidad", en palabras de José Casanova, profesor de Sociología de la Religión en la Universidad de Georgetown en Washington.
En España, la religiosidad está presente en la sociedad, aunque muchos sólo la perciben de forma inconsciente en su vida cotidiana, como si fuera una música de fondo. Cerca del 36% de las personas encuestadas cree en la existencia de Dios o algo divino, y en que la vida continúa de algún modo después de la muerte; para un 27%, se mezclan la fe y las dudas, y el 33% dice no creer en nada. Sobre la práctica regular de la oración, se observa una distribución similar a la de las creencias. Uno de cada tres españoles dice que reza con regularidad y el 37% afirma que no lo hace nunca. Sólo un 15% demuestra un gran interés por temas religiosos, mientras que un 42% prácticamente no se interesa por ellos.
El estudio muestra que hay considerables diferencias según las edades. Entre los mayores de 60 años, uno de cada dos es muy religioso (49%). Sin embargo, la religiosidad acentuada entre menores de 30 años alcanza tan sólo al 11% por ciento, y ello pese a que el 92% de los jóvenes españoles dice haber sido educado religiosamente. En este grupo está la mayor proporción de personas que ya no pertenecen a comunidad religiosa alguna (el 24%). Entre las personas mayores de 60 años, esta proporción es de apenas un 9%.
En el ejercicio público de la religión, España prácticamente está dividida en tres partes: para un 34% de los encuestados, ir a la iglesia regularmente es algo natural. Otro 34% se ha distanciado en tal medida de su iglesia que ya no asiste a los servicios religiosos, o lo hace con muy poca frecuencia.
Pese a todo, la impronta de la religión en España es superior al promedio de los países estudiados, sobre todo en comparación con otras naciones industrializadas. Tiene una importancia mucho menor, por ejemplo, que en países católicos europeos como Polonia o Italia, pero mayor que en Francia, Rusia, Reino Unido o Alemania, que ocupan los últimos puestos en el estudio de los expertos de Bertelsmann.
La fundación Bertelsmann fue creada en 1995 por Reinhard Mohn, del grupo editorial alemán Bertelsmann, que emplea a 102.000 personas en todo el mundo (9.000 en España). Fue su presidenta, Liz Mohn, quien ayer apadrinó en Madrid la presentación del informe titulado Monitoreo religioso 2008. España.