El vicepresidente, el secretario de Estado, el responsable de las deportaciones masivas…
“Lo que estamos viendo aquí es un intento de establecer un Estado nacionalista cristiano”. El periodista John Allen, director del portal católico Crux, lo tiene muy claro a la luz de los nombramientos que se han ido conociendo y con los que Donald Trump conformará su gobierno a partir de su toma de posesión el 20 de enero como presidente de los Estados Unidos
Ese 20 de enero se produce el traspaso de poderes entre un presidente católico como Joe Biden (al que muchos católicos dieron la espalda) y la llegada a la vicepresidencia por primera vez en la historia de la todavía primera potencia mundial, de otro católico, el converso JD Vance, exponente de esa ultraderecha religiosa que entiende su misión política casi como un apostolado en el que no hay referencias, por ejemplo, a la Fratelli tutti del papa Francisco
“Lo que estamos viendo aquí es un intento de establecer un Estado nacionalista cristiano”. El periodista John Allen, director del portal católico Crux, lo tiene muy claro a la luz de los nombramientos que se han ido conociendo y con los que Donald Trump conformará su gobierno a partir de su toma de posesión el 20 de enero como presidente de los Estados Unidos. Para el veterano vaticanista, este listado de nombres «no es una coincidencia», sino lo que el magnate quiere exactamente para “hacer a América grande de nuevo”… Y radicalmente cristiana y con esencias supremacistas.
Ese 20 de enero se produce el traspaso de poderes entre un presidente católico como Joe Biden (al que muchos católicos dieron la espalda) y la llegada a la vicepresidencia por primera vez en la historia de la todavía primera potencia mundial, de otro católico, el converso JD Vance, exponente de esa ultraderecha religiosa que entiende su misión política casi como un apostolado en el que no hay referencias, por ejemplo, a la Fratelli tutti del papa Francisco.
«Sin un renacimiento cristiano, Estados Unidos morirá. Nuestro país debe encontrar el camino de regreso a Dios», les dijo recientemente Vance en un discurso a un grupo de empresarios, según cita el portal Katholisch.
Y aunque a Trump la cuestión religiosa le interesa en la medida en que favorece sus intereses -ante todo es un hombre de negocios que, visto su historial judicial, no parece demasiado escrupuloso- se ha ido rodeando de un grupo de creyentes que rozan lo fanático para que acompañen a su vicepresidente durante los próximos cuatro años en los que el mundo se prepara para contener el aliento.
Empezando por alguien también considerado católico pero que ha debido saltarse las bienaventuranzas, como Thomas Homan, apodado el “zar de la frontera”, y que será encargado de poner en marcha el plan de deportaciones masivas con el que Trump -con la oposición ya anunciada de los los obispos estadounidenses- pretende expulsar a once millones de inmigrantes.
Papel también muy relevante tendrá sin duda el nuevo secretario de Estado, Marco Rubio, hijo él mismo de inmigrantes cubanos que huyeron de la isla caribeña buscando un futuro mejor y que, aunque ha tenido sus más y sus menos con la Iglesia católica, ahora se declara “totalmente en sintonía teológica y doctrinal”, con ella, aunque no ha aclarado si, siguiendo la moda, esa comunión es con la actual o con la anterior al Concilio Vaticano II…
Destacada -y muy llamativa- ha sido también la designación de un miembro del clan Kennedy, Robert Jr -sobrino del asesinado presidente J. F. Kennedy, primer presidente católico del país- para la cartera de Salud, a pesar de ser un reconocido antivacunas. Tras una historia de adicción y redención -esa redención de la que también ha hablado el vicepresidente Vance-, Kennedy declaró en la cadena ultracatólica EWTN que “una profunda iluminación espiritual” lo salvó de su adicción a las drogas, según recoge Katholisch.
Junto a este elenco de ‘apóstoles’ de Trump, hay que citar también a la futura embajadora ante la ONU, Elise Stefanik o al director designado de la CIA, John Ratcliffe.