En una mañana fría y soleada, la cabalgata de las Magas de Enero ha aportado una buena dosis de calor y de color este domingo a las calles del centro de Valencia, en medio de un ambiente festivo y sin que se registraran incidentes.
La amenaza de la extrema derecha de reventar el acto, difundida por la redes sociales en los días previos, se ha concretado en los silbidos de un grupo de ultras que han exhibido banderas españolas. Entre ellos se encontraba el dirigente de España 2000 José Luis Roberto.
El despliegue policial ha disuadido a los extremistas de convertir, como habían anticipado, esta cabalgata en objeto de agresiones como las ocurridas en la manifestación del pasado 9 d’Octubre, por las que están imputados 17 ultras.
La cabalgata, que rememora la celebrada en 1937 cuando Valencia fue capital de la República, ha recorrido el trayecto entre la plaza de Alfonso el Magnánimo y el Ayuntamiento, donde Xelo Sánchez, Maria Escalona y Laura Belenguer, las tres mujeres que encarnaban a la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, se han dirigido a los asistentes desde el balcón acompañadas por el alcalde de Valencia, Joan Ribó.
En una pancarta colocada frente al edificio consistorial podía leerse. “80 anys després, Llíria saluda la Festa de la Infantesa” (“80 años después, Llíria saluda la Fiesta de la Infancia”). Aludía a la iniciativa recuperada por la veterana entidad cultural Societat Coral el Micalet de organizar, como ya se hizo en la República, entre mediados de diciembre y la celebración de la cabalgata, que supone su cierre, un ciclo de actos dirigidos a los más pequeños para difundir “la alegría, el amor, la esperanza, la cultura y la diversión”.
Con la participación de varias batucadas, formaciones de baile y grupos de animación, varios miles de personas han acudido a ver el paso de la cabalgata por el centro de la ciudad. En su transcurso se han repartido regalos a las niñas y niños.
Las Magas de Enero, que han hecho el recorrido en un coche de caballos y que simbolizan los tres “grandes valores de la humanidad”, han sido encarnadas este año por tres activistas del feminismo, la acción humanitaria y el movimiento vecinal.
Pese a que los organizadores, que han centrado la Fiesta de la Infancia de esta edición en el ecologismo, han insistido en que se trata de “una iniciativa histórica y constructiva”, sin ninguna pretensión polémica, la derecha valenciana la rechazó con virulencia desde un primer momento.