La Red de Prevención del Sectarismo y del Abuso de Debilidad (RedUNE) se ha reunido este martes con el PSOE para que se modifique el Código Penal y se tipifique la «persuasión coercitiva»
Más herramientas para luchar contra las sectas. Ese es el principal objetivo que está intentando lograr los miembros de la Red de Prevención del Sectarismo y del Abuso de Debilidad (RedUNE), quienes se han reunido este martes con el PSOE para promover una modificación del Código Penal. Buscan que se tipifique la «persuasión coercitiva» y tienen pensado volver en próximas fechas al Congreso de los Diputados con más de 300.000 firmas de ciudadanos que solicitan este cambio.
Al encuentro con los socialistas han acudido por parte de RedUne Juantxo Domínguez, Carlos Bardavío y Victoria Vélez de Guevara, presidenta de la Asociación Víctimas de Santería. Por parte del PSOE, estaban presentes Francisco Aranda y Rafaela Romero.«Lo más importante es que han tomado bastante interés», ha explicado Domínguez a Vozpópuli tras la reunión.
El objetivo de RedUNE es, con «argumentos sólidos», plantear la modificación del Código Penal con la tipificación de la «persuasión coercitiva». Los tribunales en diferentes sentencias ya han creado jurisprudencia e incluso han resaltado la importancia que supondría esta medida. «La idea es que sea transversal y no específica de algunos grupos», señalan.
La frontera de los grupos sectarios
La idea de esta asociación es volver antes del verano al Congreso de los Diputados para presentar la más de 300.000 firmas que han reunido para modificar la legislación. Trabajan ‘codo con codo’ con la Comisión de Interior y con el recién creado Grupo de Sectas de la Policía Nacional. Una unidad que da «pasos de gigantes» en esta materia tan compleja.
Según Domínguez, el equipo jurídico de la entidad ha trasladado al PSOE un proyecto para que no tengan que empezar «desde cero». El objetivo de RedUNE es reunirse con el resto de formaciones políticas para atajar esta problemática.
«Dicho de otro modo, para aportar herramientas jurídicas de protección social en la lucha contra sectas», señalan fuentes de la reunión. La asociación ha traslado a los socialistas, a modo de ejemplo, el testimonio de una afectada y de la psicóloga experta en sectas Laura Coronel acerca de la «objetivación pericial de la manipulación psicológica».
Una situación que ha puesto de relevancia la pregunta crítica del asunto de la lucha contra sectas: «¿Dónde se marca la frontera de qué es un grupo sectario?». «La respuesta del experto ha dejado claro que la legislación no se pretende contra grupo alguno, sino contra comportamientos de manipulación muy específicos y demostrables como el control del entorno, de los contactos, y otros puntos académicamente establecidos en lo que es la manipulación coercitiva», subrayan estas fuentes.
La manipulación de las sectas
Para RedUNE esta toma de contacto es fundamental porque las sectas están generando «un daño social patente» que va en auge por la «impunidad» de muchos grupos en los que rara vez un afectado se atreve a ir contra ellos y «donde se suelen ver despachados bajo el falaz argumento de que al ser mayores de edad y sin ningún problema psicológico o psiquiátrico diagnosticado». «La decisión que ha arruinado sus vidas o las de sus familiares entra dentro de la libertad de elección», lamentan.
Y es que con las herramientas propuestas por esta asociación el juez ahora podrá determinar si, «más allá de esa presunta libertad de elección», no se escondía «una sutil manipulación que obligó a la víctima a tomar acciones contra sus propios intereses y en beneficio del gurú de turno». «La pelota no ha hecho más que rodar en una iniciativa que se prevé de largo debate y no sin escollos, pero RedUNE se muestra muy esperanzada por este primer paso contra las sectas», finalizan.