Con el retraso del toque de queda, el plan del Gobierno ‘salva’ en España la Misa del Gallo de la Nochebuena, una de las más importantes del año para los católicos, y que este año no podrá oficiar ni siquiera el papa Francisco por las medidas de prevención ante la COVID-19
No hay persecución religiosa en España, por más que sectores ultracatólicos –con el incisivo apoyo de prelados como Reig Plá, Jesús Sanz o José Ignacio Munilla– se empeñen en asegurar que la Iglesia de nuestro país está perseguida y que el Gobierno vulnera sistemáticamente la libertad religiosa. Estos sectores habían ido deslizando el ataque al culto que supondrían las restricciones navideñas, pero el plan acordado por el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas no solo no prohíbe las celebraciones religiosas sino que ‘salva’ incluso la Misa del Gallo, que se veía afectada por el toque de queda.
Una de las novedades de la normativa navideña respecto al primer borrador es la de ampliar a la 1.30 de la madrugada el toque de queda en Nochebuena, lo que permitirá a los creyentes acudir a las misas a medianoche para celebrar el nacimiento de Jesús. La noticia ha sido recibida con alivio por parte de la Conferencia Episcopal, que temía que el límite de las 00.00 horas provocara más tensión en las relaciones con el Gobierno, y diera alas a los sectores episcopales más alineados con la derecha política y mediática. Finalmente, la misa de Nochebuena, una de las más importantes del calendario católico.
Lo que no podrán hacer, o no deberían, los católicos en las «ceremonias religiosas en espacios cerrados» es cantar villancicos, o besar imágenes del pesebre o de las vírgenes. El escrito de Sanidad apunta a que los ritos religiosos «seguirán las normas de aforo establecidas en cada comunidad y ciudad autónoma», que son las que marcan las restricciones en cada territorio.
Las misas en fase 2 pueden celebrarse con un 50% de aforoAdemás, pide «evitar los cantos, y recomienda en su lugar el uso de música pregrabada. Asimismo, se deberán evitarán las muestras físicas de devoción o tradición (besos, contacto sobre imágenes, esculturas, etc.) sustituyéndolas por otras que no conlleven riesgo sanitario».
«La celebración de eventos religiosos, tales como la misa del gallo, no será óbice para el cumplimiento de la regulación relativa a la limitación de la libertad de circulación de las personas en horario nocturno», recalca el documento, que recomienda «ofrecer como alternativa servicios telemáticos o por televisión».
Restricciones hasta para el Papa
La situación en España es, sin lugar a dudas, la más favorable de toda la Unión Europea para los cultos religiosos. Para muestra, varios botones. En Reino Unido, por ejemplo, las misas en público han estado prohibidas hasta esta misma semana, y las restricciones serán mucho más duras durante las fiestas de Navidad. En Bélgica los templos estarán cerrados como mínimo hasta el 15 de enero próximo: allí no habrá Misas del Gallo. En una nota, los obispos belgas han lamentado «el bloqueo de las celebraciones públicas en las iglesias como una limitación para vivir su fe».
En Italia el toque de queda se mantendrá durante todas las fiestas navideñas, lo que ha llevado a los obispos a adelantar las misas de Nochebuena para no poner a sus fieles en la tesitura de saltarse la ley. Algo que también se hará en el Vaticano: la Misa del Gallo del Papa se celebrará, sin público, en la basílica de San Pedro, a las 20.30 horas. Es más: la Iglesia italiana ha pedido a los católicos «un cuidado y prudencia particular», recomendando seguir las celebraciones a través de la televisión o Internet. Desde casa.
Finalmente, en Francia, los católicos aún no saben si podrán asistir o no a los templos en Nochebuena. Después de semanas de negociaciones, el Elíseo ha permitido a las confesiones religiosas reabrir sus templos, con muchas limitaciones de aforo y hasta el 15 de diciembre. De momento los templos franceses permanecían cerrados. Sólo a partir del 15 se evaluará si se puede celebrar o no la Navidad en las iglesias. Algo que, en España, nunca se ha puesto en discusión.
