Continuación
8. Breve síntesis: ¿ideología o fariseísmo?
El documento elaborado por la Conferencia Episcopal Argentina se inserta en el escenario global de oposición de las religiones tradicionales hacia aquellas leyes laicas (o sus proyectos) que sean contrarias a los postulados religiosos.
Existen indicadores elaborados por los referentes de las religiones tradicionales que afectan la laicidad de las sociedades y la autonomía de las personas, buscando tergiversarlas. Es el caso de la concepción de laicidad del papa católico quien busca que la religión, es decir, él y los obispos sean el criterio para discernir los comportamientos públicos y la sanción de las leyes.
En la concepción de laicidad “sana” tiene importancia capital la moral católica, que el papa pretende sea fuente de las leyes. Esta noción está presente en el documento de la C.E.A. Dicha moral sólo es aplicable para quienes profesan la fe católica, no puede imponerse a toda la sociedad. Se reduce lo moral a lo que dice el funcionariado episcopal.
Savater les replicó: ¿qué es la laicidad? Pues la laicidad, llamada a veces un poco más grotescamente “la sana laicidad” como si el que discrepase de los dogmáticos estuviera enfermo, no es más que el nombre que ciertos clérigos han decidido otorgar a la dosis máxima de laicismo que están dispuestos a soportar… y que suele quedar notablemente por debajo de lo que la sociedad democrática requiere” (26).
El Vaticano pretende influir en las decisiones de los legisladores elegidos libremente por el pueblo de la nación, impartiendo instrucciones acerca de qué temas no deben recibir regulación legal. Se entromete en cuestiones de un Estado extranjero, violando la Constitución y la soberanía popular. Los legisladores son representantes de la sociedad, no del papa católico; mucho menos de los obispos, debiendo legislar para todos, creyentes y no creyentes, anteponiendo el bienestar de todos a sus convicciones religiosas.
El documento en sí es el reflejo de la ideología generada por la oligarquía clerical, colectivo que gobierna formalmente la institución desde el siglo IV dC. Como lógica consecuencia, se prescinde de la voz y el voto de la mayoría de los integrantes del organismo, es decir, del laicado en cualquiera de sus corrientes internas.
Tienen razón los obispos respecto al papel de la religión en el debate político. No tienen pretensiones de aportar soluciones políticas sino en “ayudar a purificar e iluminar la aplicación de la razón al descubrimiento de principios morales objetivos” (N° 9). Es decir, la manipulación de las conciencias sigue intacta. Se cumple lo dicho al tratar el indicador relativo a la ética religiosa.
La experiencia de la última dictadura cívico-militar-católica es una muestra del fracaso de esa ideología y el peligro que representa para la vida republicana y democrática de la Argentina. Implica también un riesgo de totalitarismo en versión teocrática, donde el pensamiento del papa católico puede pasar por arriba de las instituciones de la república anteponiendo los intereses corporativos de la multinacional religiosa sobre los del Estado y la sociedad.
Si se evalúa el documento de la C.E.A. en perspectiva ideológica, puede decirse sin temor a equivocación alguna, que es la imagen de un orden social superado históricamente, viejo, fuera de la historia y del tiempo en que viven mujeres y varones del siglo XXI. Es un calco del modelo social que impera en la iglesia en la actualidad.
Los antecedentes históricos de oposición de la iglesia católica a leyes laicas indican, en línea con el pensamiento de Flores d’Arcais, que los obispos católicos continúan pretendiendo que los intereses de aquella institución sean el criterio para juzgar cualquier comportamiento público. Se resume en la frase: “… que en la Argentina la ley respete simplemente la verdad de la persona, de la familia y de la sociedad”. La verdad católica, por supuesto.
En cuanto al documento propiamente dicho, el modelo social que “proponen”, por ejemplo, en materias como matrimonio y familia es marcadamente reaccionario, excluyente, y discriminatorio hacia todos aquellos grupos familiares que no guardan concordancia con los postulados exigidos por el catolicismo. Asimismo, va en contra del criterio adoptado por el derecho internacional y la jurisprudencia. Está fuera de época, claro indicio de una ideología caduca. Se nutre en los mismos principios con los que avalaron la última dictadura. La historia ha demostrado que sus mitos de legitimación son incompatibles con una sociedad democrática, laica, plural, inclusiva y diversa.
La oposición a futuros derechos que tienen que ver con la libertad de elección y decisión de los ciudadanos es evidente.
Es indudable que el lobby católico hará todo lo que esté a su alcance para que no se actualicen aquellas normas del Código Civil que contraríen sus dogmas e ideología. Lo hicieron con Roca, con Perón, con Alfonsín, con Kirchner. En todos esos casos primó el sentido común, lo secular, lo laico, lo que incluye a todos.
Teniendo en cuenta el papel de la religión sostenido por los obispos, serán pues los aportes provenientes de la Constitución, los Tratados internacionales sobre derechos humanos, la jurisprudencia, el derecho internacional, y la costumbre de los ciudadanos los parámetros de evaluación para que los legisladores justifiquen o no la reforma del Código Civil. La democracia permite que los sectores religiosos, sus organismos y corporaciones satélites sean escuchados como cualquier actor político.
Para terminar, la pregunta planteada en este punto final permitirá hacer foco en lo ideológico, o en la coherencia histórica y jurídica de la iglesia católica a la hora de evaluar la naturaleza de sus propuestas, o en ambos aspectos.
Si nos inclinamos por lo ideológico, recobrarán fuerza las palabras de un sacerdote católico perseguido por la inquisición vaticana que dijo que quien piensa como marxista, no piensa; quien piensa como budista, no piensa; quien piensa como musulmán, no piensa… “y el que piensa como católico, tampoco piensa. Ellos son pensados por su ideología. Tú eres un esclavo en tanto y en cuanto no puedes pensar por encima de tu ideología. Vives dormido y pensado por una idea” (27).
Si hiciéramos foco en la coherencia de la iglesia católica en el respeto a los derechos de las personas a lo largo el tiempo, deberán tenerse presente las palabras que el laico y no católico Jesús les dirigió a los fariseos de su época: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia!” (28).
Por eso resuenan más fuerte las palabras del filósofo Fernando Savater: “Las jerarquías eclesiásticas – ninguna, nunca – no tienen derecho a convertirse en una especie de tribunal de última instancia que decida lo que es moral o inmoral en la sociedad, lo que debe ser legal o lo que ha de ser prohibido, quién es digno de gobernar y quién debe ser éticamente repudiado. Las autoridades religiosas no son autoridades morales ni legales: pueden establecer lo que es pecado para sus feligreses, no lo que ha de ser delito para todos los ciudadanos ni indecente para el común del público” (29).
En cualquier caso, la laicidad es el mejor escenario para que todos – creyentes y no creyentes – desarrollen de manera libre, autónoma y dentro de la ley su proyecto de vida. El Anteproyecto de reforma del Código Civil parece apuntar a ello.
Carlos Lombardi, es Profesor de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cuyo.
Notas
(1) SAVATER, Fernando, La vida eterna, Ariel, Barcelona, 2007, p. 144.
(2) VATTINO, Gianni, elpais.com/diario/2009/03/01/opinion/1235862012_850215.html
(3) VATTINO, Gianni, op. cit.
(4) “Argentina: La Iglesia, preocupada por la reforma del Código Civil. Implica alteraciones muy graves contra la familia y la dignidad de la vida humana”, en www.zenit.org.
(5) Discurso de Benedicto XVI en el Palacio Quirinal al Presidente italiano 24/06/2005.
(6) CASTILLO, José María, ¿Otoño caliente? en juancejudo.blogspot.com/2007/…/otoo-caliente-jos-mara-castillo.htm..
(7) FLORES d’ARCAIS, Paolo, El desafío oscurantista, ética y fe en la doctrina papal, Anagrama, Barcelona, 1994, p. 36.
(8) TAMAYO, Juan José, Iglesia católica y Estado laico, en www.raco.cat/index.php/revistacidob/article/viewFile/69482/79716.
(9) KLAPPENBACH, Augusto, Relativismo papal, en www.atrio.org/2011/09/relativismo-papal/
(10) FLORES d’ARCAIS, Paolo, op. cit. p. 129
(11) Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y al conducta de los católicos en la vida política”, en ww.vatican.va/…/rc_con_cfaith_doc_20021124_politica_sp.html
(12) Op. cit. N°
(13) CARBAJAL, Mariana, A Dios rogando, pero en la gente pensando, en www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-185463-2012-01-14.html
(14) Rojas Mix, Miguel, El Dios de Pinochet: fisonomía del fascismo iberoamericano, 1° edición, Buenos Aires, Prometeo Libros, 2007.
(15) CASTILLO José María, op. cit.
(16) BENEDICTO XVI, Sesión inaugural de los trabajos de la V Conferencia General del episcopado latinoamericano y del caribe. Discurso de su Santidad Benedicto XVI, en www.vatican.va/…/hf_ben-xvi_spe_20070513_conference-aparecida…
(17) Nota doctrinal, op. cit.
(18) “Fuerte rechazo de Benedicto XVI a las familias alternativas”. Fuente ANSA.
(19) CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA, Educación para el amor: planificación para la enseñanza versión preliminar, 1° edición, Oficina del Libro, Buenos Aires, 2007, p. 53
(20) TAMAYO, Juan José, “Sagrada familia, ¿ejemplo a imitar?”, en www.redescristianas.net/…/sagrada-familia-¿ejemplo-a-imitarjuan-jose-tamayo-teologo/ –
(21) GIL DOMINGUEZ, Andrés, FAMÁ, María Victoria, Herrera María, Derecho Constitucional de Familia, 1° edición, Buenos Aires, Ediar, 2006, p. 74.
(22) GIL DOMINGUEZ, op. cit. p. 75
(23) CASTILLO José María, op. cit.
(24) GEBARA, Ivone, EEUU: La inquisición actual y las religiosas norteamericanas, en http://www.adital.com.br/?n=ca67
(25) TAMAYO, Juan José, “Las diversas tendencias eclesiales están en conflicto con peligro real de ruptura y sin apenas diálogo”, en www.redescristianas.net/…/juan-jose-tamayo-teologo-las-di…
(26) SAVATER, Fernando, Diccionario del ciudadano sin miedo a saber, Ariel, Barcelona, 2007, 1° edición, p. 40.
(27) de MELLO, Antonhy, Autoliberación Interior, Buenos Aires, Lumen, 2007, p. 19.
(28) Mateo 23, 27-32
(29) SAVATER, Fernando, op. cit. p. 39/40.