Eliminar la casilla de la Iglesia en el IRPF, quitar la asignatura de Religión de las escuelas o proceder a la paulatina desamortización del patrimonio de la Iglesia católica son algunas de las propuestas que presentará este miércoles Izquierda Unida de cara a las elecciones generales del 20 de diciembre.
Las medidas, entre las que también figuran la supresión de las ceremonias religiosas en los actos oficiales organizados por Estado o la eliminación de las capillas de cualquier espacio público, que pone encima de la mesa el partido liderado por Alberto Garzón van encaminados a avanzar hacia un Estado laico, según se desprende del borrador del documento al que ha tenido acceso Europa Press.
Se trata de de 24 medidas en las que se aboga por la plena separación entre Iglesia y Estado, e incluso se propone una reforma de la Constitución para asegurar que ninguna convicción religiosa tendrá carácter estatal y garantizar la libertad de pensamiento y conciencia de los ciudadanos.
IU también aboga por la anulación de los Acuerdos con la Santa Sede de 1979 y la derogación de la actual Ley de Libertad Religiosa para sustituirla por una Ley de Libertad de Conciencia “que proteja y garantice la libertad de pensamiento, conciencia y convicciones sin distinciones”. También propone eliminar la Ley de Mecenazgo por conceder, según IU, “’enormes beneficios fiscales” a la Iglesia católica.
En el borrador se incluyen una serie de propuestas económicas para garantizar que el Estado no financie a las confesiones religiosas y, en caso de que IU pueda gobernar, se exigiría a la Iglesia católica que presentase una Memoria en el Congreso de los Diputados sobre toda su actividad económica desde 1979.
En cuanto a la desamortización de bienes, sostiene que el Estado debe buscar fórmulas de desamortización paulatina y para uso público del patrimonio de la Iglesia católica por el interés general o cuando participa en su mantenimiento y restauración.
ELIMINAR LAS INMATRICULACIONES DE LA IGLESIA
El partido encabezado por Alberto Garzón también recuerda la reforma de la Ley Hipotecaria aprobada esta legislatura, que eliminó el privilegio que tenía la Iglesia para inmatricular bienes por el procedimiento especial y pide que se amplíen sus efectos con carácter retroactivo, desde 1946.
De esta forma, quiere que el Estado declare como nulas todas las propiedades registradas por la Iglesia católica por este procedimiento, para el que valía la sola certificación del obispo sin necesidad de poseer título de dominio sobre el bien, y las restituya a su anterior situación registral. Para ello, IU quiere que se haga un listado de todo lo inmatriculado por la Iglesia católica desde 1946 hasta 2015, periodo durante el que se encontrarían bienes como, por ejemplo, la Mezquita-Catedral de Córdoba.
Otra de las medidas afecta al Código Penal, ya que IU incluye en su programa la derogación de los artículos 522 a 525, que tipifican como delito la supuesta ofensa a los sentimientos religiosos, en relación a sus actos o ceremonias, tanto de palabra como de forma escrita.
Pero además, incluye una batería de medidas de carácter simbólico por las que ninguna autoridad pública podrá participar como tal en actos de carácter religioso, se elimina cualquier tipo de simbología religiosa en los actos oficiales y se suprimen los honores a imágenes, advocaciones, santos o símbolos religiosos.
CEMENTERIOS CIVILES
IU también pide la supresión de las ceremonias religiosas en los actos oficiales que organice el Estado, como por ejemplo los funerales o tomas de posesiones, y quiere eliminar las capillas de cualquier espacio público dependiente de la administración. En cuanto a las Fuerzas Armadas, aboga por la supresión de cualquier presencia de las fuerzas de seguridad en ceremonias religiosas y eliminar la figura de los capellanes funcionarios católicos y el Arzobispado Castrense de España.
Otra de las medidas que incluye esta batería de propuestas es que los medios de comunicación públicos dejen de emitir ritos de carácter religioso y garantizar que todos los cementerios sean civiles, dejando en manos de los familiares la celebración de las ceremonias que consideren pertinentes.