“—No creo que pase nada—dijo Largo Caballero–. La cuestión religiosa apasiona mucho, pero no creo posible que haya manifestación alguna de hostilidad. Es un problema de hogar. lo más que puede ocurrir es que los que no estén conformes emitan las opiniones contrarias y luego voten como crean por conveniente.”
Declaraciones de Largo Caballero sobre la cuestión religiosa en octubre de 1931.