El sarcófago de Amparo Cuevas se exhibe en el prado donde decía comunicarse con la Virgen La Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de El Escorial toleran el enterramiento ilegal
Cada día, en torno las cinco de la tarde, en un prado con vistas privilegiadas al monasterio de El Escorial, se repite la escena: varias devotas, después de rezar el rosario, besan con fervor el féretro de Luz Amparo Cuevas, la llamada 'vidente de El Escorial', que yace desde el pasado agosto en un sarcófago al aire libre a pocos metros del fresno donde decía recibir los mensajes divinos.
El enterramiento es ilegal, pero tanto la Comunidad de Madrid como el Ayuntamiento –con la complicidad silenciosa de la Iglesia— de momento miran para otro lado, mientras la fundación creada por la vidente sigue captando adeptos y haciendo caja, dado que la presencia de sus restos mortales en la finca supone un reclamo tan fuerte como las liturgias o las ilustraciones de la Virgen que abundan en el prado donde supuestamente, durante más de 30 años, Luz Amparo Cuevas se comunicaba con la divinidad.
Una devota besa el sarcófago de la vidente de El Escorial, situado cerca de donde supuestamente veía a la Virgen. JOSÉ LUIS ROCA
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