Celebración del 60º aniversario de Mensajeros de la Paz en Madrid
Padre… Ángel de los pobres
Políticos, empresarios, gente de la jet, obispos junto a pobres sin hogar. El Padre Ángel aglutina a todos bajo sus alas solidarias
Llega al salón del brazo de toda una vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz
“Celebramos la revolución del amor de un cura, que comprendió que la vida es mejor vivirla desde el corazón”
Antonio Garrigues: “Queremos decirte que lo has hecho bien y se te agradece que lo sigas haciendo hasta las bodas de hueso, por lo menos”
Es un hecho demostrado que el Padre Ángel suscita oleadas de admiración y cariño con su mera presencia: tiene ángel. Por eso. se quedaron pequeñas las dos salas habilitadas para la celebración del 60 aniversario de Mensajeros de La Paz, y hubo que abrir de par en par su parroquia adyacente y tan querida de San Antón.
Políticos, empresarios, gente de la jet, obispos junto a pobres sin hogar. El Padre Ángel aglutina a todos bajos sus alas solidarias. Y todos han querido hacerse presentes para hacerle un cariño, un guiño de complicidad y un gracias tan enorme como su ya larga vida entregada a la sólida y ala misericordia. Con resultados comprobados y una obra extendida por 57 países del mundo.
Porque a lo largo de estos años el padre Ángel se ganó el sobrenombre de la madre Teresa española en cura y en asturiano, siempre lleno de retranca, que llega al salón del brazo de toda una vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, que, en un impresionante ejercicio de humildad, estuvo todo el acto a su lado, sin decir una palabra en público, pero con continuos gesto de respeto y veneración.
Y es que, al lado de este cura de corbata y bufanda roja, los halagos y cumplidos salen del corazón, sin forzarlos. Empezando por la presentadora, Teresa Viejo, que ante más de quinientas personas y más de 30 embajadores de otros tantos países en los que está presente Mensajeros, comenzó señalando que “celebramos la revolución del amor de un cura, que comprendió que la vida es mejor vivirla desde el corazón”. Y eso fue a lo que se dedicó toda su vida el Padre Ángel: a crear hogar y familia.
Como anfitrión, comenzó dando la bienvenida, el presidente del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, Sigfrido Herráez, admitiendo de entrada: “Gracias porque eres un santo, que nos has hecho mejores”.
El director general de Mensajeros, Sergio Mella, en uno de los momentos más emotivos del evento, contó la historia de Mensajeros a través de la historia vital de un niño al que el Padre Ángel recogió en Asturias, trajo con él a Madrid y llegó a ser el gerente de la organización. “Ese hombre fue mi padre, Pedro Mella”. Y proyectó un video con los hitos de la obra del Padre Ángel: 60.000 niños y 30.000 mayores atendidos; t millones de llamadas atendidas en el Teléfono dorado o los 6.000 voluntarios.
Teresa Viejo leyó algunas de las felicitaciones que llegaron por cientos al Padre Ángel: Desde el Rey, el presidente del Gobierno, el ministro del Interior o el mismísimo Papa Francisco, pasando por el presidente del País Vasco, el de Catalufaa o el de Extremadura.
La siguiente en intervenir fue la Matilde Fernández, la primera ministra de Asuntos Sociales que tuvo este país, que subrayó que Mensajeros de la paz cumple todos los requisitos para ser una ONG con buenas prácticas y, por eso, ella mismo le concedió el primer premio a la solidaridad que entregó su ministerio. Y terminó invitando a los actuales miembros de la organización a “documentar la memoria histórica” de la gente que pasó por ella.
Antonio Garrigues Walker, presidente del Comité español de ACNUR, reconoció abiertamente que “lo que tiene el padre Ángel es carisma y, por eso, no tiene enemigos o yo, al menos, no conozco a nadie que no lo valore”. Y añadió de forma clara y directa: “Queremos decirte que lo has hecho bien y se te agradece que lo sigas haciendo hasta las bodas de hueso, por lo menos”.
El exministro de Exteriores, Marcelino Oreja, visiblemente emocionado, recordó que “el padre Ángel es una persona por la que siento afecto y respeto, no en vano me apoyé en él muchas veces”. A su juicio, el fundador de Mensajeros “es la memoria de las causas nobles y su ejemplo nos anima a seguir por el camino de la esperanza”.
Por último, el presidente de UNICEFF, Gustavo Suárez Pertierra, contó que conoció al Padre Ángel hace 55 años y que utilizaban La Cruz de los ángeles, para reunirse. Y desde su Asturias natal se proyectó al mundo, porque “siempre fue capaz de atraparlo y buscar a los vulnerables e n todas partes”.
A su juicio, el Padre Ángel “fue un visionario y lo sigue siendo ahora”, porque “no es fácil ser una referencia en el tercer sector y él lo consiguió después de 60 años bien aprovechados”. Y concluyó: “La misión está cumplida, pero el padre Ángel siempre tiene nuevos horizontes, porque esta utopía es la que distingue su obra”.
Clausuró el acto el Padre Ángel, también visiblemente emocionado, con un montón de cuartillas escritas, que fue incapaz de leer y se limitó, como siempre a dar las gracias: “Somos una gran familia, en la que intentamos querer y, por eso, como el Papa Francisco, sólo se me ocurre decir ‘perdón, gracias y os quiero’”.
Y quiso dejar una de sus consignas con alas de ángel: “Merece la pena seguir trabajando por hacer un mundo mejor”. Y concluyó con un recuerdo especial a todos los que “ya se fueron, especialmente a Pedro Mella”.
El broche de oro lo puso el Coro minero Turón, interpretando, entre otras, ‘El pozo Maria Luisa’, mientras Yolanda Díaz le cogía de las manos, en la que el Padre Ángel luce los tres anillos de sus tres amores: su madre, su padre y su arzobispo, Don Gabino Díaz Merchán. Los que le enseñaron, como el Papa, que, para hacer bien las cosas hay que pensarlas con la cabeza, pasarlas por el corazón y ejecutarlas con las manos. La receta de la ‘revolución del amor’ del Padre Ángel y de sus Mensajeros de la Paz.