La responsabilidad de separar sus creencias personales de las responsabilidades políticas
Creo que resulta redundante recordarle a Adrián Barbón que es usted presidente de toda la ciudadanía asturiana, independiente de las creencias individuales de cada cual.
Entiendo de sus declaraciones en LA NUEVA ESPAÑA que usted, ejerciendo su libertad de conciencia, es cristiano. Y amparado por esa libertad, lo explicita. Mi máximo respeto.
Supongo que es innecesario señalarle que es el ciudadano Adrián Barbón quien es católico creyente y no el cargo de Presidente del Principado de Asturias que, como tal, está obligado constitucionalmente a mantener él y su Gobierno una estricta neutralidad frente a todas las concepciones ideológicas mostrando una nítida separación entre las diferentes confesiones y su representación del Estado.
Asumo que en esta búsqueda frenética de identidades que parecen ahora imprescindibles para justificar la organización administrativa del Estado, la fecha de Covadonga puede resultar muy importante para impulsar la correspondiente identidad asturiana y promover una importante actividad social y económica alrededor de ella.
Incluso puedo imaginar la dificultad operativa que le pueda producir diferenciar sus creencias personales de sus responsabilidades políticas. Pero su obligación como Presidente es esa. Y la coherencia con los programas políticos del partido que le sustenta también le obligan.
Usted puede impulsar los hechos históricos que considere que pueden estimular la actividad del Principado. Pero si utiliza para ello la fecha de Covadonga tiene que separar con extraordinaria nitidez esos hechos históricos probados de sus creencias personales. Es imprescindible el respeto a la Historia. Es inaceptable establecer justi-ficaciones religiosas (de cualquier tipo) para los diferentes hechos que se analicen. Si Covadonga puede tener una dimensión que ataña a toda la ciudadanía nunca puede ser por incluir supuestas intervenciones decisivas de personajes que pertenecen a una determinada mitología religiosa.
Suya es la responsabilidad de separar sus creencias personales de sus responsabilidades políticas como representante de la autoridad del Estado y como candidato propuesto por el Partido Socialista.
Esperamos, de su capacidad, que sea nítido en el cumplimiento de sus funciones.