Ante la negativa de cada vez más mujeres a llevar el hiyab, las autoridades las someten a torturas como lavar cuerpos de personas muertas o las obligan a asistir a terapia psiquiátrica
Mientras tanto, la opinión pública se divierte con los “vídeos sexuales” que circulan en redes en los que aparecen clérigos en escenas explícitas
“Espionaje en relación con una potencia extranjera.” Esos fueron los términos de la acusación, a principios de agosto, que usó un tribunal revolucionario de Teherán contra las periodistas Niloufar Hamedi y Elaheh Mohammadi, que el pasado mes de septiembre dieron a conocer la historia de Mahsa Amini, la joven kurda iraní de 22 años asesinada a base de palizas en Teherán por una unidad de las gasht-e ershad (literalmente, patrullas de orientación islámica), es decir, la policía de la moral, por llevar incorrectamente un pañuelo en la cabeza.