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La queja de los mineros de Barruelo por la actitud de los frailes en la escuela

Los mineros de Barruelo de Santullán (Palencia) se quejaron en distintas ocasiones a finales de los años veinte porque sus hijos, al parecer, no recibían un buen trato en las escuelas de la Compañía, regidas por frailes.

El problema consistía en que los niños eran tratados con “excesivo rigor”, es decir, eran castigados cuando no acudían a misa en domingo o día festivo.

El movimiento obrero del lugar, tan activo, consideraba esta situación como un abuso. El problema no era que la Compañía pagase a los frailes para enseñar a los niños que iban a esas escuelas, como hijos de empleados que eran, ni tampoco por el hecho de que se pudiera castigar a los alumnos por portarse mal en clase sino por no acudir a actos religiosos. Si los mineros disponían de un servicio educativo que la empresa ponía para sus familias lo que no se podía hacer era castigar a niños que no iban misa, ya fuera por no profesar la religión católica ya por cualquier otro motivo.

El castigo consistía, en muchas ocasiones, en encerrar a los niños durante dos o tres horas en un cuarto oscuro próximo a la clase, como habían comprobado algunos mineros que al ir a recoger a sus hijos a la hora de la salida de la escuela se habían encontrado con dicho panorama.

La queja se formuló en las páginas de El Socialista de la mano de Adrián Fernández, un personaje clave del socialismo de esta localidad, ya que llegó a ser miembro del Comité Nacional del Partido Socialista, diputado provincial y alcalde de Barruelo de Santullán, siendo minero de profesión, y presidente del Sindicato Minero Castellano, creado en 1918. Su intenso compromiso le llevó a ser fusilado en agosto de 1936, corriendo la misma suerte su suegro y su esposa unos meses después en presencia de un hijo y un nieto.

Fernández se preguntaba en su denuncia qué concepto tenían los frailes de la enseñanza que debían de dar. La enseñanza era una cosa y otra muy distinta los actos religiosos fuera de la escuela. Por eso solicitaba que dichos frailes respetasen la conciencia ajena.

La denuncia apareció en el número 6472 de El Socialista, del día 6 de noviembre de 1929. Podemos consultar, además, el Diccionario Biográfico del Socialismo Español.

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