Más del 80 % del presupuesto fue sufragado con dinero público, con la Junta de Andalucía como mayor contribuyente
Roma fue escenario de un evento que ha despertado una mezcla de admiración y polémica: la celebración de las procesiones andaluzas en el marco del Jubileo de las Cofradías. Un despliegue sin precedentes que ha supuesto un coste total superior a los 2,3 millones de euros, de los cuales aproximadamente el 80% fue sufragado con recursos públicos provenientes de distintas administraciones andaluzas.
Las hermandades del Cristo de la Expiración —popularmente conocido como el Cachorro— de Sevilla y de la Esperanza de Málaga protagonizaron este evento singular, cuyas imágenes recorrieron enclaves emblemáticos de la capital italiana como el Coliseo y el Circo Máximo, concluyendo con una veneración en la Basílica de San Pedro del Vaticano. Pese al alto valor simbólico del acontecimiento, la escasa afluencia de público local y la ausencia de altas autoridades vaticanas generaron una sensación de distanciamiento que contrastó con los elevados esfuerzos en la apuesta institucional andaluza.
El imponente gasto
Las cifras de financiación reflejan con claridad la magnitud del empeño público. El mayor contribuyente fue la Junta de Andalucía, que destinó unos 700.000 euros al evento. Le siguen los ayuntamientos de Málaga y Sevilla, así como las diputaciones provinciales de ambas ciudades, que aportaron 300.000 euros cada una. Además, las fundaciones privadas Cajasol y Unicaja sumaron otros 300.000 euros cada una. La única administración que participó con una partida inferior fue la Diputación de Sevilla, que canalizó 140.000 euros a través de acuerdos específicos para subvencionar el traslado de bandas de música.
En cuanto a la estructura financiera y logística, la empresa Bindu Events, con sede en Málaga, fue la encargada de canalizar buena parte de los fondos y coordinar el proyecto. La organización contó con la implicación directa de una profesora universitaria y principal intermediaria con los representantes eclesiásticos en Roma. Sin embargo, según han contado fuentes propias de la hermandad a THE OBJECTIVE, la implicación vaticana fue escasa y no se tradujo en un respaldo oficial visible durante los actos, ni a nivel representativo ni mediático.
Operación logística de primer nivel
La complejidad del evento resalta en los gastos aproximados de la logística. Como adelantó Diario de Sevilla, el traslado de las imágenes sagradas y sus respectivos tronos y pasos supuso el mayor desembolso, superando los 800.000 euros. Se trató de una operación delicada que requirió vehículos especializados, seguros de alto valor (como la tasación del Cachorro en 1,2 millones de euros), y dispositivos de seguridad reforzados.
A esto se suman otros conceptos importantes, como el alojamiento y desplazamiento del personal de las hermandades, que ascendió rozando los 600.000 euros. Los gastos relacionados con bandas de música y hombres de trono rondaron los 370.000 euros. Además, se invirtieron 184.000 euros en la instalación y desmantelamiento de la carpa desde la que partieron las imágenes, junto con su seguridad.
Otros apartados del presupuesto incluyen servicios de asesoramiento jurídico y técnico (145.000 euros), acciones promocionales (115.000 euros), seguros (90.000 euros), labores de comunicación (76.000 euros) y conceptos diversos como decoración floral, iluminación y cera (42.000 euros).
Sabor agridulce
Aunque la iniciativa se enmarcó dentro del Año Jubilar y contaba con la aspiración de posicionar a Andalucía como referente del turismo religioso internacional, la respuesta del público italiano fue limitada. Las imágenes, transmitidas en directo por Canal Sur Televisión, ofrecieron un espectáculo visual de alto nivel, pero muchos tramos del recorrido mostraban escasa presencia de asistentes, en parte por el exceso de vallas que alejaban a los espectadores del cortejo.
El contraste entre la importancia atribuida en Andalucía y el tratamiento reservado por Roma ha sido objeto de debate. El evento no recibió cobertura oficial en los canales institucionales, a pesar de que sus representantes estuvieron presentes en el palco de autoridades. La misa de inicio del nuevo pontificado, celebrada al día siguiente, atrajo a la mayoría de las altas personalidades del Vaticano, lo que muchos interpretaron como una oportunidad perdida para una mayor implicación eclesiástica en el desfile.
Desde la Junta de Andalucía, no obstante, se considera que la experiencia ha sido un éxito estratégico. En el marco de una campaña de promoción del turismo religioso que se extiende de abril a junio, fuentes institucionales explican que el evento de Roma ha servido como plataforma para proyectar la riqueza patrimonial y espiritual de la región andaluza. La retransmisión televisiva ha sido uno de los principales argumentos para justificar la inversión.
Objetivo: turismo religioso
La Consejería de Turismo ha defendido recientemente que la iniciativa refuerza la imagen de Andalucía como destino de fervor popular, arte sacro y tradición. En esta línea, se subraya que el evento no solo ha puesto en valor las imágenes y su significado religioso, sino también el atractivo turístico de la Semana Santa andaluza, reconocida como Fiesta de Interés Turístico Internacional.
No obstante, no todos están de acuerdo con la exagerada cantidad de dinero público invertido en el evento. Algunas voces han señalado que las subvenciones destinadas al evento no se corresponden con las prioridades de muchas ciudades andaluzas que tienen dificultades en algunos servicios básicos.