Interior mantiene el nivel 4 de alerta por amenaza terrorista yihadista en toda España
La presencia de agentes de la Policía Nacional en el entorno de las mezquitas de Algeciras se ha reforzado en los últimos días ante la amenaza terrorista de carácter yihadista, extendida a toda España de manera muy especial a consecuencia de la guerra entre Israel y Hamas y, particularmente, de la masacre ocurrida en un hospital de Gaza tras una explosión.
El despliegue policial, más visible en las inmediaciones de algunos templos musulmanes que en otros, tiene por objetivo evitar que las posibles proclamas de algún imán en protesta por las muertes de civiles en territorio palestino pueda derivar en desórdenes públicos o en un problema de seguridad más grave, si bien la presencia de los agentes tiene también un efecto disuasorio y tranquilizador en las calles.
Algeciras está especialmente sensibilizada respecto a acciones yihadistas tras el asesinato, el pasado 25 de enero, de Diego Valencia, sacristán de la iglesia de La Palma, a manos de Yassine Kanjaa, un lobo solitario cuya acción está bajo diligencias de la Audiencia Nacional como un crimen de carácter yihadista.
Kanjaa, según la investigación de Europol a la que tuvo acceso Europa Sur, se autodoctrinó en la guerra santa contra el cristianismo y siguió los mensajes de dos conocidos líderes islamistas por redes sociales, Mohamed Hassan y Khalid al Rashid.
En los últimos días, precisamente, proliferan entre la comunidad musulmana y a través de las redes sociales vídeos y fotos de las víctimas causadas por la ofensiva israelí en Gaza, lo que alimenta en algunos sectores de población un sentimiento de rechazo contra la comunidad judía y, por extensión, contra Occidente.
“Medidas complementarias”
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha reiterado este miércoles que, tal y como se decidió el día anterior en la Mesa de Valoración de la Amenaza Terrorista, se van a adoptar «medidas complementarias de seguridad dentro del nivel 4 sobre 5 de alerta», lo que conlleva un refuerzo de dispositivos en «puntos especialmente sensibles por todo el territorio nacional y el incremento de las medidas antiterroristas por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado».
Aunque el ministro no quiso detallar cuáles son estos «puntos sensibles» para mantener la eficacia de la prevención y la respuesta antiterrorista, las mezquitas se encuentran entre ellos. Según Grande-Marlaska, la decisión de reforzar la seguridad se tomó tras los informes realizados por el conjunto de instituciones que forman parte de la Mesa de Valoración de la Amenaza Terrorista, formada por «hombres y mujeres que realmente trabajan en hacer frente al fenómeno del terrorismo» y, en este caso, del terrorismo yihadista.
El titular de Interior explicó que se ha decidido mantener el nivel 4, que es un «nivel alto», después de un «análisis ponderado de las circunstancias» y en virtud de un estudio «individualizado dando especial protección a determinados objetivos que se creen de mayor sensibilidad en lo que es este momento actual». Preguntado por si se va a reforzar la seguridad en estadios de fútbol o en estaciones de trenes, ha dicho que se hará «en todos los eventos, circunstancias, infraestructuras, eventos que se consideran de mayor sensibilidad al objeto de garantizar su seguridad y que evidentemente no acontezca ningún evento que ponga en riesgo la misma».
Grande-Marlaska defiende que la sociedad española debe estar «absolutamente tranquila» porque las Fuerzas de Seguridad hacen seguimientos continuos ante amenazas como los terroristas solitarios dentro de los planes antiterroristas contra la amenaza yihadista. “Los riesgos cero no existen», añadió el ministro, quien, no obstante, pidió confianza en «la gran profesionalidad de nuestros hombres y mujeres en materia de prevención y lucha antiterrorista».
Una de las preocupaciones máximas de los países europeos es que se repitan atentados como el ocurrido en Bruselas el pasado lunes. Sin dar cifras concretas por cuestiones operativas, Grande-Marlaska reconoció que los conocidos como lobos solitarios son una de las «máximas preocupaciones», pero subrayó que se «trabaja día a día haciendo seguimientos continuados de todos los riesgos que puedan existir para, evidentemente, neutralizar los mismos».