En los últimos meses, algunos estados han aprobado cientos de leyes destinadas a recortar los derechos de la mujer y de los colectivos LGTBIQ+. Los matrimonios entre personas del mismo sexo, de distinta raza o distinta fe religiosa, están amenazados.
La decisión de Tribunal Supremo de Estados Unidos de derogar el derecho al aborto en junio pasado parece haber levantado el dique que mantenía bajo control demandas históricas del nacionalismo cristiano norteamericano. Una corriente de pensamiento que agrupa a un amplio espectro de la sociedad estadounidense, incluidos los grupos supremacistas blancos y aquellos que, enarbolando el sagrado derecho a la libertad religiosa, no dudan en utilizar los poderes del Estado para obligar a toda la población a seguir los dictados de su doctrina.