Siria ha respaldado una legislación que prohíbe a los predicadores musulmanes radicalizados «avivar la lucha sectaria», ya que la lucha del país árabe contra los grupos terroristas Takfiri patrocinados por extranjeros está llegando a su fin.
El presidente Bashar al-Assad promulgó el nuevo proyecto de ley que amplía los poderes del Ministerio de Awqaf (Dotaciones Religiosas), que supervisa los asuntos islámicos en Siria.
La legislación prohíbe a los clérigos musulmanes «aprovecharse de las plataformas religiosas con fines políticos», pero las comunidades no musulmanas no están afectadas por la ley.
Bajo la nueva medida, el ministro Awqaf sirio tiene la tarea de nombrar al Gran Mufti, cuyo mandato es renovable cada tres años. Anteriormente, fue nombrado por el presidente por un período ilimitado.
Además, la ley asigna al ministro Awqaf para supervisar las escuelas religiosas, encabezar el Consejo de Jurisprudencia Islámica y regular la programación religiosa en los medios de comunicación.
Además, prohíbe a los imanes musulmanes viajar al extranjero o asistir a conferencias incluso dentro de Siria sin el permiso del ministro de Awqaf.
El ministro de Awqaf de Siria, Mohammad Abdul-Sattar al-Sayyed, calificó la nueva regla como un «gran logro».
«Esta es la primera vez que hay una ley que establece controles y estándares para el trabajo religioso y las condiciones para nombrar a los imanes y predicadores», dijo.
El objetivo de la nueva legislación es regular el discurso religioso en un intento por enfrentar el extremismo de Takfiri, que es una marca registrada de muchos grupos terroristas que causan estragos en Siria.
El concepto está muy influenciado por el wahabismo, la ideología radical que domina Arabia Saudita y predicada libremente por los clérigos saudíes.
Se cree que Riyadh es un patrocinador clave de los terroristas takfiri, que han estado operando para derrocar al gobierno sirio desde 2011.