El concejal de Urbanismo declaró que «lo que sería ilegal es no conceder las licencias cuando cumple con todos los requisitos, sea una mezquita o una cafetería»
El ayuntamiento de Lorca ha confirmado que la mezquita que abrirá sus puertas en un antiguo secadero de jamones en el barrio de Apolonia cuenta con todos los permisos y licencias pese a la oposición vecinal al proyecto, que se ha traducido en concentraciones ciudadanas y campañas de recogida de firmas contra el centro de culto.
El concejal de Urbanismo, José Luis Ruiz, explicó que la concesión de licencia de obras y actividad es «un acto reglado» y que el proyecto de la mezquita «cumple con todos los requisitos», por lo que el consistorio ha autorizado su apertura.
Ruiz dijo que «lo que sería ilegal es no conceder los permisos cuando cumple con todos los requisitos, sea una mezquita o una cafetería» y recordó que los técnicos de su departamento «revisan escrupulosamente» cada proyecto que llega a su mesa. También ha anticipado que el ayuntamiento «estaría dispuesto a mediar» con la propiedad del local y con sus arrendatarios si la «presión social» dificultara el normal funcionamiento del centro de culto.
Estos argumentos fueron trasladados a una representación de los vecinos del barrio en la reunión que mantuvieron con el alcalde, Diego José Mateos, para reclamar que la mezquita no abra sus puertas y que sea trasladada a otro emplazamiento más alejado de las viviendas.
Los vecinos de Apolonia protagonizaron una concentración el 2 de octubre contra la apertura del templo después de varias semanas reuniendo firmas contra el centro de culto, alegando que la calle Transformador «es muy estrecha y no reúne las condiciones» para el elevado tránsito de personas que se prevé que la frecuenten a diario para realizar sus rezos.
Sus quejas fueron respaldadas por el grupo municipal de Vox, cuya portavoz, Carmen Menduiña, defendió que la apertura del templo con capacidad para 700 personas entre las cinco de la madrugada y las 11 de la noche generará muchas molestias al vecindario.
Su partido reclamó una intervención municipal para impedir la apertura de la mezquita y, en sintonía con los vecinos, pide su traslado a zonas menos pobladas de la localidad, dijo Menduiña, señalando que esa solución haría compatible la libertad de culto con el derecho al descanso vecinal.