Asóciate
Participa

¿Quieres participar?

Estas son algunas maneras para colaborar con el movimiento laicista:

  1. Difundiendo nuestras campañas.
  2. Asociándote a Europa Laica.
  3. Compartiendo contenido relevante.
  4. Formando parte de la red de observadores.
  5. Colaborando económicamente.
Teresa Galeote

La mal llamada Ley Trans: (La desprotección de la infancia)

​Descargo de responsabilidad

Esta publicación expresa la posición de su autor o del medio del que la recolectamos, sin que suponga que el Observatorio del Laicismo o Europa Laica compartan lo expresado en la misma. Europa Laica expresa sus posiciones a través de sus:

El Observatorio recoge toda la documentación que detecta relacionada con el laicismo, independientemente de la posición o puntos de vista que refleje. Es parte de nuestra labor observar todos los debates y lo que se defiende por las diferentes partes que intervengan en los mismos.

Comentarios del Observatorio

El Observatorio del Laicismo ha recibido una respuesta a este artículo:

Hay que decir que han aprobado “leyes de autodeterminación de género” en varios países, promovidas por el poderoso movimiento activista internacional, y el efecto ha sido demoledor. El proceso de cambio causa efectos irreversibles en el cerebro, en la sexualidad, en la salud cardiovascular y ósea de los menores. Dicha fórmula está llevando a niñas y niños a una ruta médica interminable, que comienza con los bloqueadores de la pubertad y un tratamiento hormonal de por vida, que tendrá consecuencias irreversibles. En Reino Unido las consecuencias de dichas leyes están siendo cuestionadas tras las denuncias de jóvenes que fueron guiadas hacia dichos tratamientos. Keira Bell, que ha ganado un juicio al servicio público de salud, por ser orientada hacia la transición farmacológica sin indagar en las auténticas causas de su malestar. Con esta ley los derechos de la infancia a ser protegidos se quiebran, ya que quedan a merced de los estímulos exteriores de la propaganda de consumo. En España ya se han aprobado protocolos educativos y sanitarios estimulados por el espíritu de autodeterminación.

Los padres podrán perder la tutela de sus hijos si se oponen a que se les de hormonas, ya que la ley dictamina que niños y niñas pueden medicarse, aunque sus padres no estén de acuerdo. Quienes promueven “la identidad de género”, sostienen la fantasía que el sexo no se forma en el útero de la mujer embaraza, sino que “el sexo se asigna al nacer”. Confunden premeditadamente, dando al profesional que ayuda a la mujer en el parto la facultad de elegir el sexo del recién nacido.

La actual ley de marzo de 2007 no permite el cambio de sexo registral a las personas menores de edad, pero la ley que se tramita lo permite a los 16 años y a los 14 acompañados de un tutor. La asociación Chrysallis sostiene que los menores pueden “expresar su sexo sentido” a los tres años, que pueden iniciar la hormonación a los nueve años, y que a partir de los 16 años puedan realizarse cirugías genitales. Tras conseguir la autodeterminación de sexo registral, sus promotores pretenden eliminar el sexo del registro civil y del DNI. Sin sexo registral no desaparece la discriminación hacia las mujeres; lo único que desaparece son las leyes que nos permiten medirla (con estadísticas) y combatirla.

La ley también amenaza el deporte femenino, ya que permiten que las personas compitan según su sexo registral. Prohibiendo que se hagan pruebas de verificación del sexo. Existen categorías deportivas separadas porque mujeres y hombres tenemos diferencias anatómicas y hormonales que producen una ventaja deportiva para los varones. Estas ventajas no desaparecen jamás. La testosterona está incluida en la lista de sustancias de dopaje. Se conocen casos de deportistas que eran promedio cuando competían con hombres y que al competir contra mujeres pasan a ganar las competiciones. Es evidente que estas leyes suponen la exclusión de las mujeres, despreciar los esfuerzos de las deportistas y su derecho a competir en condiciones justas.

La sociedad de consumo

El sociólogo y publicista, Edward Bernays, buen conocedor del subconsciente que alberga en los seres humanos, utilizó la ingeniería del consentimiento para demostrar cómo el inconsciente colectivo era el mejor aliado para vender “necesidades creadas”. Tras una eficaz campaña publicitaria se puede viajar al planeta de la fantasía, aunque para ello haya que desprenderse de la realidad que nos envuelve, sacrificando el materialismo histórico y biológico. El ser humano pasa a ser un juguete de usar y tirar, sin que se dé cuenta que sus deseos son inducidos por las nuevas técnicas de manipulación y consumo. Los abducidos y los colaboradores necesarios pretenden que tan fervorosa creencia sea vista y aceptada por el resto de la humanidad como si fuese un “moderno dogma de fe”. ¡Qué ironía!, el pensamiento postmoderno de la mano de las religiones milenarias para negar la realidad material que nos rodea. Y ahí está el lobby financiero y farmacéutico, abriendo puertas y comprando voluntades.

Jennifer Bilek, artista comprometida con la verdad que se esconde tras la “bendecida identidad de género”, nos muestra datos más que suficientes para entender el fenómeno. Bilek afirma que Martine Rothblatt fue la creadora de un documento legal que apoyase la disociación de nuestros cuerpos sexuados para asumir los sentimientos individuales, en cada momento de su vida. El documento se convirtió en la Carta Internacional de Derechos de Género y ahí están las potentes Fundaciones para conseguirlo.

En 2013, Adrian Coman fue nombrado director del programa internacional de derechos humanos de la Fundación ARCUS, para impulsar la seudo-ideología a nivel mundial, que debe promoverse desde la infancia. En 2015, La Fundación ARCUS financió los programas de la Fundación NOVO para potenciar el transgénero. NOVO fue fundada por Peter Buffett, hijo de Warren Buffett, el multimillonario que afirmó: “claro que esto es una lucha de clases y la estamos ganado los ricos”.

Otro multimillonario, Jon Stryker, dio a la fundación 30 millones de dólares entre 2007 y 2010, y toda la familia Stryker colabora en tan magna tarea. Antes de 2015, Stryker ya había construido la infraestructura política para impulsar el transgenerismo en todo el mundo: cientos de miles de dólares fueron a una organización LGBT para la igualdad en Europa y Asia Central con 54 países participantes. Para difundir la “identidad de género”, en 2007 se estableció en Indonesia los Principios de Yogyakarta.

La Fundación ARCUS dedica millones de dólares cada año para difundir la “identidad de género” a través del entrenamiento de líderes en activismo social y liderazgo político. ARCUS ha enviado cientos de miles de dólares a colegios y universidades. En 2018 financió el Consejo para la Igualdad Global, una coalición de 30 grupos de los Estados Unidos que abogan por la inclusión de dicho tema en las políticas de asuntos exteriores y de desarrollo. Incluso la Asociación de Psicología Americana (APA), principal organización científica y profesional que representa a la psicología en los Estados Unidos, está financiada por la Fundación ARCUS. Dichos fondos van destinados a potenciar la compresión de identidades abstractas, orillando la realidad material Mujer–Hombre, alentando a comprender la necesidad de ampliar las consideraciones sobre el sexo biológico, para establecer las modificaciones legales necesarias.

La ley se enfrenta a la legalidad jurídica que protege a las mujeres y a la infancia, a la biología de nuestra especie, que determina quienes son varones y quienes somos hembras, (mapa genético) y a la ética que debe prevalecer entre los seres humanos. Ni los deseos ni la ambición pueden saltar sobre los derechos humanos, aunque visto lo visto, y si no lo remediamos, hacia ese peligroso camino nos lleva las leyes que las “trans-nacionales” quieren imponer.

Por último, hay que decir el injusto y repudiable acoso al que sido sometida la doctora Carola López Moya. Con la mal llamada “Ley Trans” las actuaciones médicas o psicológicas razonables se consideran “terapias de conversión”, y pueden ser multadas hasta con 150.000 euros a cuantos profesionales insistan en ayudar a su paciente, incluso se prevé el cierre de su establecimiento. Recientemente, la psicóloga feminista fue denunciada por el lobby trans de hacer terapias de conversión.. Aunque la doctora Carola López Moya ha sido absuelta, ha pasado por un calvario hasta mostrar la falsedad de la denuncia. En realidad, las terapias de conversión son aquellas que no aceptando la homosexualidad inducen a las personas a adaptarse al rol que la cultura patriarcal ha marcado para hombres y mujeres. El expediente sancionador se produce por la aplicación de la Ley LGTBI de Andalucía, aprobada en 2017, gobernando el Partido Socialista, pero ha sido aplicada bajo el gobierno de Moreno Bonilla, del PP. Lo que ha hecho la doctora Carola López Moya es manifestarse en las redes sociales en contra del lobby trans desde una perspectiva científica. “Las acusaciones son falsas y absurdas”, afirmó la psicóloga, especializada en psicología perinatal y en el trabajo con mujeres.“La infancia es una etapa de la vida que se caracteriza por el aprendizaje a través del juego. Las personas adultas debemos esforzarnos porque los estereotipos sexistas no les influyan, o lo hagan lo mínimo posible”, añadía esta psicóloga que confesaba haber votado a Podemos y que estaba decepcionada con el Gobierno.

Total
0
Shares
Artículos relacionados
Total
0
Share