El diario Público replicaba un estudio de las universidades canadienses de Ottawa y Montreal, y del que se hace eco el diario del mismo país UdemNouvelles, referido al mito de altruismo que rodea la figura de Agnes Gonxha, como se llamaba realmente la madre Teresa de Calcuta. Un mito que no se correspondería con la vida de una mujer que podría no haber sido tan santa como se ha dicho hasta ahora.
«Su manera dudosa de cuidar a los enfermos, sus contactos políticos cuestionables, su sospechosa gestión de las enormes sumas de dinero que recibió y sus puntos de vista excesivamente dogmáticas relativos, en particular, al aborto, la anticoncepción y el divorcio» han levantado recelos sobre una de las santas más aclamadas del siglo XX: la Madre Teresa de Calcuta.
«En la búsqueda de documentación sobre el fenómeno del altruismo para un seminario sobre ética, uno de nosotros tropezó con la vida y obra de una de las mujeres más célebres de la Iglesia Católica. La descripción era tan extática que despertó nuestra curiosidad y nos empujó a seguir investigando». Así lo explica el profesor Serge Larivée, que junto a Genevieve Chenard, ambos pertenecientes a la Universidad de Montreal, y a Carole Sénéchal, de la Universidad de Ottawa, publicaron a principio de este mes su estudio en la revista Studies in Religion/Sciences religieuses. Como resultado, los tres investigadores recopilaron 502 documentos sobre la vida y obra de la Madre Teresa. Después de eliminar 195 copias, consultaron 287 documentos para llevar a cabo su análisis, que representan el 96% de la literatura sobre la fundadora de la Orden de las Misioneras de la Caridad (OMC).
El estudio no es novedoso, su conclusiones avalan los testimonios aportados por Christopher Hitchens en su documental producido por la BBC en 1994 con el título en inglés «Hell’s Angel» -Ángel de Infierno.
A raíz de la beatificación de la Madre Teresa de Calcuta, el propio Hitchens escribió, el 20 de octubre en la revista Slate, un artículo con el rótulo «La Fanática y Fraudulenta Madre Teresa», en el cual arremete contra la farsa.
Estos fueron algunos de los dardos del periodista.
Lo que resulta más chocante sobre la «beatificación» de la mujer que se hizo llamar a sí misma «Madre» Teresa es la abyecta rendición por parte de la Iglesia a las fuerzas del espectáculo, la superstición y el populismo.
Tiempo atrás, una persona no podía ser ni siquiera nominada para su «beatificación», el primer paso hacia la «santidad», hasta que transcurrieran 5 años desde su muerte. Esto se hacía para evitar que los entusiasmos locales o populares influyeran en la promoción de personajes cuestionables El papa Juan Pablo II nominó a la Madre Teresa apenas un año después de su muerte, en 1997. Hasta hace un tiempo existía también un procedimiento que incluía el escrutinio de un advocatus diaboli o «abogado del diablo», que sometía a prueba cualquier afirmación de hechos extraordinarios. El Papa Wojtyla terminó con esta práctica y consagró a más santos instantáneos que todos sus predecesores juntos hasta el siglo XVI.
Respecto del milagro que se le atribuye […] De seguro cualquier católico que se respete se crispa de vergüenza ante la obviedad de esta farsa: Una mujer bengalí llamada Monica Besra aseguró que un rayo de luz salió desde una foto de la Madre Teresa que tenía en su hogar y la curó de un tumor canceroso.
Sucede que su médico, el doctor Ranjan Mustafi, asegura que en primer lugar la mujer nunca tuvo un tumor canceroso sino un quiste, y que éste fue curado gracias a los medicamentos que se le prescribieron, De acuerdo a un reporte del diario italiano L’Eco di Bergamo que no ha sido desmentido, el Secretario de Estado Vaticano envió una carta a los cardenales más antiguos en junio, pidiéndoles en nombre del Papa que durante las deliberaciones del Concilio Vaticano Segundo, bajo la conducción del Papa Juan XXIII, la Madre Teresa participó en el foro oponiéndose a todas las propuestas de reforma permitieran santificar de inmediato a la Madre Teresa Cuando ella se enfermaba, prefería ir a las clínicas de California- y que su orden siempre rechazó publicar cualquier auditoría de gastos.
Ella fue una fanática, una fundamentalista y un fraude. Y una Iglesia que oficialmente protege a aquellos que abusan de los inocentes nos ha dado otra clara señal de dónde prefiere ubicarse cuando se trata de cuestionamientos éticos y morales.
Otra de las destacadas denuncias contra el mediático fraude fue el artículo «India no tiene motivos para agradecer a la Madre Teresa» de Sanal Edamaruku, presidente de Rationalist International, publicado en 2011 y traducido para Rebelión por Germán Leyens.
La leyenda de sus Hogares para los Moribundos ha hecho llorar al mundo. La realidad, sin embargo, es escandalosa: En los abarrotados y primitivos pequeños hogares, muchos pacientes tienen que compartir una cama con otros.
Aunque muchos sufren de tuberculosis, SIDA y otras enfermedades altamente infecciosas, la higiene no importa. Los pacientes son tratados con buenas palabras e insuficientes (a menudo caducadas) medicinas, aplicadas con agujas viejas, lavadas en agua tibia.
Según la extraña filosofía de la Madre Teresa, «el más hermoso regalo para una persona es que puede participar en los sufrimientos de Cristo». Una vez trató de reconfortar a un sufriente que gritaba, diciéndole: «¡Estás sufriendo, eso quiere decir que Jesús te besa!» El hombre se enfureció y le gritó: «¡Entonces dígale a su Jesús que deje de besarme!»
Será difícil desmontar este mito de la memoria colectiva, pero podremos decirle a quien lo crea, que quién piense así no puede ser santa: «El sufrimiento de los pobres es algo muy hermoso y al mundo le ayuda mucho la nobleza de este ejemplo de miseria y sufrimiento«.