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La lucha de Chaima: le niegan la entrada a una mezquita el día del Aid El Kebir

Asegura que dejar a las mujeres rezar no es decisión de un hombre, sino que el Islam les da la libertad de elegir el lugar y que si se la quitan, irá a por todas.

Chaima Boukharsa hacía apenas un mes que había llegado a Melilla y como hace cada año, se dispuso a acudir a la mezquita con motivo del Aid El Kebir. La más cercana a su casa es la del Mantelete y mostró a El Faro imágenes en las que se la ve de camino con su sobrino y su hijo, contentos y vestidos para celebrar una de las fechas más importantes del Islam.

Sin embargo, de camino a la mezquita, Chaima reparó en que solo iban hombres de camino a esta y cuando llegó, se encontró con la sorpresa de que no había espacio para las mujeres. Señaló que incluso su marido preguntó si había espacio para ella, pero le dijeron que no. “En ese momento iban a empezar a rezar y en ese momento, con la sorpresa, no supe qué hacer y me fundí en lágrimas”, asegura. Decidió quedarse esperando a que terminase el rezo para acercarse al imán y preguntarle por qué no había sitio para mujeres y le respondió que a esa mezquita no van mujeres.

Señala que lloró de impotencia y de no saber qué es lo que estaba ocurriendo. Cree que es una medida discriminatoria. Se fue a casa pensando en lo que ocurrió, pues se trataba de la primera vez que le ocurre y compartió su experiencia en un post de Instagram que se ha viralizado. Recalca que recibió muchísimo apoyo y considera que la visibilidad es muy importante para darse cuenta de que no está sola y de que no es un caso aislado.

Explica que hay mujeres de Melilla que están pensando lo mismo que ella y sufriendo, incluso otras que han tenido la misma experiencia en otras mezquitas. “Aunque esté solo yo aquí dando la cara, detrás de mí hay muchas mujeres que sufren lo mismo, que están diciendo lo mismo, que cuando yo hablo me dicen: Chaima, es como si estuviera yo hablando, entiendo cada palabra que dices, siento cada palabra que dices”.

Para dejar constancia de lo ocurrido, acudió a dos asociaciones que forman parte de la Comisión Islámica y apunta a que las dos ya conocía su caso. En la primera de ellas, preguntan por el presidente de la CIM para resolver el problema y le responden “aquí no hay ningún problema, esto es normal”. Le proponen a Chaima que deje su número para contactarla. En este punto, subraya que la CIM podría haberla buscado en cuanto supo de la situación, pero ha tenido que ser ella misma la que se desplace físicamente.

Al día siguiente, recibió una llamada de la CIM y pidió el número del presidente para hacerle llegar el escrito de su queja. Se lo niegan, pero ella lo consigue por su cuenta propia y cuando llama, le dicen que la CIM no tiene en este momento representante e insistiendo a Chaima que no ha ocurrido nada fuera de lo normal. Ésta le pide un email para enviar dicho escrito, pero luego descubrió que era falso. Puso las evidencias del correo falso en las redes sociales “para que las mujeres vean el poco interés que tienen en escucharnos, que es lo mínimo que pueden hacer, escucharnos, mostrar interés y pedirnos perdón”. Enfatiza que si ella hubiera sido hombre, su experiencia habría sido distinta.

Chaima es licenciada en Estudios Árabes e Islámicos, además de haber estudiado el feminismo en este ámbito, es por ello que asegura que no dejar rezar a las mujeres en un lugar de culto va en contra de los derechos fundamentales, el derecho a un trato igual y de las enseñanzas islámicas. Explica que el Islam invita a la mujer a que acuda a la mezquita el día del Aid y aunque no pueda rezar, que escuche al menos estando en comunidad y no estando encerrada. “Fuera del día del Aid se nos deja la completa libertad de elegir si rezar en casa, en la mezquita o en la calle; esta no es decisión de un hombre, es decisión mía y si me la quite, voy a ir a por todo”, reafirma.

Insiste en que la religión no es discriminatoria contra las mujeres y explica que en Granada, ciudad de la que viene, jamás se ha encontrado con el extremo de que no les dejen ni rezar. Cree que lo mínimo es que dejen rezar a las mujeres en las mismas condiciones que a los hombres. Además, le dieron la excusa de que por el coronavirus, tenían que reducir el aforo optando por eliminar la zona de las mujeres, le explicaron. “Esto de no dejar rezar es ya algo extremo, pero además, las mujeres sufrimos problemas de espacio en las mezquitas, como decimos nosotras, ‘el cuarto de la escoba es para las mujeres’; hay falta de condiciones iguales, pues la sala de las mujeres no es igual que la de los hombres y todo el mundo lo sabe, incluso la Comisión Islámica”, apunta.

Relata que hay mujeres de Melilla que le han contado que cuando van a mezquitas de la península se sienten bienvenidas, abrazadas y acogidas, “cosa que no está ocurriendo aquí”. “Repito algo muy importante, esto no es un caso asilado, esto no es solo de una mezquita, es algo que les pasa a muchas mujeres en muchas mezquitas”, expresa.

Es por ello que quiere dejar un mensaje a la Comisión Islámica de Melilla: “Que por favor, nos escuchen, que nos den un espacio, que nos den una voz, que nos den la oportunidad de expresar nuestras opiniones; eso es todo lo que pedimos, no es algo muy difícil y que nos pidan perdón porque los sentimientos lo valen”. Chaima asegura que seguirá luchando para que las musulmanas no se vuelvan a encontrar con la puerta de una mezquita cerrada.

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