Cada avance en esta lucha ha venido precedido de un escándalo mediático, de denuncias en el juzgado y de mucho sufrimiento personal
Solo somos conscientes de la ausencia de algunos derechos en determinados momentos vitales. Por eso es difícil que se abran hueco en el debate público, más si estos ponen en cuestión creencias morales o religiosas. Tal ha sido el caso del derecho a la muerte digna, que ha tardado casi 40 años en abrir plenamente la puerta del ordenamiento jurídico de nuestro país. Cada avance en esta lucha ha venido precedido de un escándalo mediático, de denuncias en el juzgado y de mucho sufrimiento personal que llenó la prensa de nombres propios (entre otros, Ramón Sampedro, Luis Montes, Jorge León, Inmaculada Echevarría, Ángel Hernández, María José Carrasco…), en torno a los cuales se ha podido tejer el debate sobre el derecho que tiene toda persona a tener una muerte digna.