Las Delegaciones Territoriales de la Junta han comenzado a enviar a las Diócesis Andaluzas un cominucado oficial exigiendo la colocación de señalética con información de horarios y acceso a los Bienes de Interés Cultural de la Iglesia. A la Archidiócesis de Sevilla ha llegado hace unos días la exigencia de esta normativa, recogida en la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía.
Con ello, a pesar de parecer un asunto anecdótico, la Junta sigue abriendo brecha en torno al patrimonio eclesial, una presunta batalla que la Administración no quiere cerrar a pesar de que la Iglesia demuestra, ampliamente, que cumple con la ley.
Todo ello sigue produciéndose en un escenario en el que la Junta dio el paso con su Orden del 18 de enero de 2013 de cerrar las ayudas a conservación y rehabilitación del patrimonio histórico en general, y al eclesiástico en particular —el 85 por ciento del patrimonio de Sevilla— .
Curiosamente, la Administración, que invirtió en el último decenio en bienes eclesiásticos de Sevilla 14.671.123,2 euros frente a los 34.969,666,56 euros que hizo la Iglesia en lo propio, sin contar con las inversiones de las órdenes religiosas en sus templos, comenzó en ese momento a «acosar», dando plazos a las Diócesis andaluzas, para que se cumpliera una ley que la Autoridad eclesiástica cumple «con creces».
Esta vuelta de tuerca con la señalética —en la que ya está trabajando la Archidiócesis— no es baladí, pues no deja de hacer un añadido a la percepción creada por la Administración sobre una supuesta recalcitrante Iglesia que se niega a mantener las puertas abiertas de unos bienes patrimoniales en los que, además, se ha empleado dinero público para restaurarlos y mantenerlos.
La realidad de que los bienes de la Iglesia están abiertos es fácilmente constatable, y lo cierto es que, tanto en Sevilla como en otras Diócesis, respondieron a la penúltima exigencia del consejero de Cultura, Luciano Alonso, que dio dos meses para cumplir con la apertura gratuita al menos cuatro días al mes, publicando en sus páginas webs los horarios habituales y tradicionales de sus Bienes de Interés Cultural.
La señalética física —que la digital aún no se contemplaba en la ley de 2007—, está en proyecto y seguirá el mismo modelo de la que puede verse en la Catedral o la Colegiata del Salvador, y en el que hay que contar con una serie de requisitos y licencias administrativas ya que se trata de bienes catalogados. Por otra parte, y también comprobable, es el hecho de que cada parroquia o iglesia ha tenido hasta el momento en puertas, canceles o sacristías sus horarios, y en un cálculo muy por lo bajo, las iglesias abren una media de unas 85 horas mensuales de libre acceso, tres de ellas diarias.
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