El vicepresidente segundo del Gobierno de Castilla-La Mancha, José García Molina, y el vicario de Toledo, Francisco César García Magán, han defendido la tolerancia para acabar con los estigmas de personas por diferencias raciales, étnicas o religiosas.
Tras la reunión que ambos han mantenido este viernes para abordar el Acuerdo Estratégico para la Paz y la Convivencia en Castilla-La Mancha, García Molina ha lamentado la «lacra» que, a su modo de ver, existe en España «de identificar o de levantar muros cuando se ve al diferente, sea por cuestiones de raza o religión».
«Estigmatizamos de manera injusta», ha asegurado el vicepresidente segundo del Gobierno regional, quien ha defendido la libertad religiosa y ha destacado la necesidad de que la tolerancia «dé pie a la paz y la convivencia, en una sociedad donde ya no cabe otra alternativa más que la diferencia sea la normalidad absoluta».
En este sentido, ha pedido su ayuda al vicario para que, desde su experiencia en trabajos sobre libertad religiosa, haga llegar al Ejecutivo autonómico iniciativas que puedan materializarse en Castilla-La Mancha, de manera que puedan ponerse en marcha «políticas encaminadas a prevenir, tanto los procesos de radicalización, como los de estigmatización».
García Molina ha planteado la posibilidad de establecer «foros de diálogo permanente» entre distintos actores sociales y religiosos y que de esos foros puedan surgir luego grupos de trabajo «para seguir profundizando en todas las dimensiones que la paz, la convivencia y la prevención de la radicalización necesitan», ha apuntado.
El vicepresidente segundo de la Junta ha confiado en que la relación con la Iglesia sea «fluida y constante», al igual que con el resto de organizaciones, y ha agregado: «tenemos valores compartidos, aunque se expresen de forma distinta».
«Nuestros principios, y a veces nuestras finalidades, coinciden enormemente, aunque tengamos formas distintas de expresarlo», ha subrayado García Molina, quien ha afirmado que «este diálogo es necesario».
En la misma línea se ha pronunciado García Magán, quien ha calificado el encuentro de «muy agradable y cordial» y ha explicado que han coincidido en la necesidad de «buscar la paz, profundizar en la libertad religiosa y luchar contra la estigmatización y la intolerancia» desde la convivencia y el diálogo y no etiquetar negativamente a las personas por diferencias raciales, étnicas o lingüísticas.
El vicario ha agradecido al vicepresidente segundo del Gobierno autonómico que haya escuchado «la voz de la Iglesia Católica» y le ha manifestado su disposición para colaborar y ofrecerle sus ideas y reflexiones porque «la libertad y autonomía del ámbito político y religioso no excluye la colaboración, desde el respeto, para buscar y encontrar el bien común y una sociedad mejor».