Urge al arzobispo a que cumpla el convenio firmado entre las partes, que permitió la rehabilitación del edificio
Fueron exactamente 2.326.517 euros, algo más de 400 millones de pesetas. Ésa es la cantidad a la que ascendió el coste de la rehabilitación de la Curia y el Palacio Arzobispal de Granada. La operación vino a poner fin a veinte años de desuso del edificio, que había resultado arrasado por las llamas una infausta noche de diciembre de 1982. La rehabilitación, que culminó hace ya tres años y medio, fue pagada a medias por la Iglesia y por la Junta de Andalucía. Uno de los puntos claves del acuerdo era la obligación que asumía la institución religiosa de permitir las visitas públicas al edificio. Pero todavía, tres años y medio después, aún no ha cumplido con tal obligación.
La Consejería de Cultura de la Junta, que costeó al 50% la rehabilitación, ha venido reclamando al Arzobispado que dedique parte del inmueble a visitas o actos públicos, pero hasta ahora no ha visto satisfecha su reclamación.
Ahora, el delegado provincial de la citada consejería en Granada, José Antonio Pérez Tapias, opina que las dilaciones del Arzobispado en este asunto son «frustrantes» ya que, a su juicio, está incurriendo en una serie de largos retrasos «no justificados».
Cuando se inauguró el edificio tras la rehabilitación, en abril de 2002, la entonces consejera de Cultura -Carmen Calvo- y el entonces arzobispo de Granada -Antonio Cañizares- anunciaron que el inmueble se abría «para todos».
Cañizares se inclinó por ubicar en la Curia el museo catedralicio, que estaría abierto al público para ser visitado. Tiempo después, el actual arzobispo, Francisco Javier Martínez, descartó esta idea. Así, el inmueble albergará servicios de la Iglesia diocesana y en él se celebrarán actos vinculados con su misión de evangelización, a través del centro 'Nuevo Inicio', que organizará exposiciones y actividades culturales.
Contactos
Según manifestó el delegado de Cultura, durante el último año ha habido contactos entre la Junta y el Arzobispado para dar una salida. En una de las reuniones, celebrada el pasado mes de octubre, el arzobispo se comprometió a tener una solución antes de que expirara este año, según el relato del delegado de Cultura. Los retrasos se debían, dijo entonces el arzobispo, a que se estaba pendiente de unos asuntos relacionados con el mobiliario, ya que, dijo, amueblar las dependencias reviste gran complejidad.
Sin embargo, el año está a punto de concluir y la citada solución todavía no ha sido expuesta. José Antonio Pérez Tapias, que ya ha urgido al Arzobispado a que cumpla con su obligación, reitera ahora de nuevo su petición. «Hay que cumplir los convenios, pues para eso es para lo que se firman», sentenció.
«Acumulamos ya mucho tiempo de retraso por dilaciones no explicables, y creo que todo debe estar listo cuanto antes. Sólo pido lealtad entre dos partes que firman un convenio», señaló el delegado, quien indicó que después de final de año, si aún no hay respuesta, urgirá por escrito al arzobispo.