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Como si no hubiera ya bastante problemas con el inacabable pacto de investidura de Pedro Sánchez, casi hecho, casi, pero sin firmar por parte de los de Junts – están alargando la agonía como un chicle gastado-, la guerra del PP y Vox y las las manifestaciones “espontáneas”, ahora entra en escena la Iglesia española – los de siempre- para tomar parte en el conflicto.
El primero en alzar la voz ha sido el obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, quien en un acto de “caridad cristiana” arremetía contra las negociaciones del presidente en funciones, Pedro Sánchez, con los independentistas. Según él, “está en juego los valores morales cristianos y es profundamente inmoral que unos políticos amnistíen a otros a cambio de recibir votos para seguir gobernando” Lo ha dicho como el que tiene el deber de adoctrinar desde el púlpito del partidismo.
Pero el goteo ha seguido en la persona del arzobispo de Valladolid y exsecretario general de la Conferencia Episcopal, Luis Arguello, quien utilizando las redes sociales escribía: “La amnistía podría ser valiosa si fuera recíproca y los amnistiados renunciaran a un proceso ilegal y unilateral, si fuera fruto de un acuerdo con mayoría cualificada, si no amparase la violencia contra las personas. Si no es así, amenaza la convivencia a la que dice servir”. Lo ha escrito y se ha ido a pasear por las orillas del río Pisuerga para seguir reflexionando.
Mientras su compañero, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, escribía: “La amnistía no es un borrón con cuenta nueva. Los que delinquieron grave y violentamente contra la convivencia destruyendo un Estado de derecho, determinan con su moneda de cambio el futuro de un pueblo. Cómplices que venden lo ajeno por un plato de lentejas para seguir en el poder”, sentencia Sanz . Supongo que el muchas lentejas como que no come….
En el sur de España el obispo de Huelva, Santiago Gómez Sierra, ha criticado que los nacionalismos «ponen en peligro la convivencia de los españoles», ya que «niegan unilateralmente la soberanía de España”. Para él los nacionalismos “ponen en peligro la convivencia de los españoles”. Además, indica que «la Doctrina Social de la Iglesia reconoce un derecho real y originario de autodeterminación política en el caso de una colonización o de una invasión injusta, pero no en el de una secesión”.
En Madrid, el que fuera presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal arzobispo emérito de Madrid, Antonio María Rouco Varela, se manifestaba al ser preguntado sobre la amnistía, asegurando que «no es aceptable» desde el punto de vista de la Doctrina Social de la Iglesia «la secesión unilateral». «Está claro que la doctrina sobre la secesión unilateral es clara, no es aceptable desde el punto de vista de la Doctrina Social de la Iglesia una secesión unilateral, ese es el principio diremos ético, de moral social, que hay que tener en cuenta a la hora de juzgar este asunto», dijo. Rouco, gallego él, veraneante durante muchos años en Tortosa, representa una parte de la iglesia rancia.
De momento estos cincos altos representantes de la iglesia se han pronunciado, por motu propio, sobre el tema. ¿Habrá más? Seguro. Mientras el actual presidente del gobierno de la Iglesia en España, y arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, está callado. Ni siquiera, de momento, ha desautorizado a los “opinadores”, al menos públicamente ni en nota de prensa, y la cosa está calentita, es evidente.
Estos cinco jinetes del apocalipsis- la parte más conservadora de la iglesia- se atreven hablar de que “están en juego los valores morales”. ¿Valores morales?, Deben ser los mismos que han aplicado a los números casos de abusos sexuales que se han producido a lo largo de muchos años por parte de miembros de la Iglesia, que han sido tapados por todos – conocedores del tema-, hasta que alguno de los afectados destapó el escándalo que ha socavado los pilares de la iglesia, poniendo al descubierto “ los grandes valores morales” que tanto predican y que no aplican. Todos han tapado los abusos sin importarles el sufrimiento de las víctimas a lo largo de todos estos años. El problema viene ahora por el tema económico: no quieren pagar a las víctimas. Con el tema de la amnistía, ya tienen material para desviar la atención a otro punto.
La iglesia tiene una función que cumplir, que la cumpla, pero la política no es de su competencia – “zapatero a tu zapato”- porque aún hay imágenes en el famoso noticiario “el Nodo” donde miembros ilustres estaban siempre pegados al dictador Franco y no protestaban por lo que estaba haciendo. Para más seguidismo y complacencia, paseaban bajo palio al caudillo como el gran vencedor de la cruzada contra los “infieles”, los rojos.
Y que conste, que como ya lo he manifestado en bastantes ocasiones no estoy de acuerdo con todo lo que está haciendo Pedro Sánchez para ser investido presidente. Creo que unas nuevas elecciones sería lo más honesto, no es la primera vez que lo escribo, tampoco la última.