Un consejero del partido ultraderechista de Meloni promueve la instauración en el centro sanitario de una “sala de escucha” gestionada por el Movimiento provida para las mujeres que pretendan abortar
Los grupos de defensa de los derechos civiles y las asociaciones feministas temían que la llegada de la ultraderecha al Gobierno en Italia se tradujera en un retroceso social, en particular, en algunas materias sensibles como el aborto, garantizado en Italia desde 1978. Aunque la primera Ministra Giorgia Meloni, primera mujer en ocupar este puesto en el país transalpino, ha asegurado que no tocará la ley que regula la interrupción voluntaria del embarazo —pretende, en cambio “ampliar las opciones” de las mujeres que pretenden abortar— preocupa el corte antiabortista de muchos representantes de su partido, Hermanos de Italia, que ya se está haciendo notar en algunos lugares.