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La Iglesia y el IBI

Estoy de acuerdo con la sentencia del Tribunal Constitucional que argumenta la imposibilidad de cobrar a la Iglesia Católica el IBI de sus 39.000 inmuebles no dedicados al culto porque contravendría los Acuerdos firmados con la Santa Sede en 1979. Mientras los ciudadanos soportan el rigor de las subidas constantes y escandalosas del impuesto sobre sus bienes inmuebles, mayoritariamente sus propias viviendas, la Iglesia española se libera de gravamen alguno. Una razón más para denunciar tales Acuerdos. Permítanme un tópico: si la Iglesia pagara el IBI de sus propiedades, comerían miles de familias españolas necesitadas.

El PSOE ha anunciado que indefectiblemente los denunciará no solo por el IBI sino por el conjunto de las relaciones de privilegio de la Iglesia, y parece que esta vez va en serio, aun estando en la oposición. Ha presentado en el Congreso una proposición no de ley solicitando al Gobierno que rompa los Acuerdos con la Santa Sede, y si, como es previsible, el Gobierno no lo hace, se compromete a llevarlo en su programa electoral y hacerlo. Ha prometido muchas cosas y luego, como todos, no las llevaron a término. Pero tengo el pálpito de que esta vez lo cumplirá. De lo contrario quedarían como cerdos y nunca más levantarían cabeza. Porque es muy serio esto de enfrentarse a la Iglesia en España. Una verdadera conmoción social, que no caería en la indiferencia.

Enseguida vendrán las voces que aleguen anticlericalismo rabioso y antisocial porque la sociedad española no está por esa decisión. Pues si no lo está, comprobémoslo. Y nada de anticlericalismo. Libertad para que cada uno elija lo que estime, ninguna prohibición ni persecución. Pero tampoco ningún amilanamiento. Una sociedad civil sin injerencias eclesiásticas. Como en todos los países avanzados de Europa. Ni se ha autofinanciado, como estaba previsto; Ni ha habido separación real entre Iglesia y Estado; ni se han suprimido crucifijos y demás símbolos religiosos en colegios e instituciones, como por ejemplo en las Cortes valencianas; ni es aceptable que Rouco diga que el catolicismo está insertado en el ADN de los españoles; ni dejan de estar presentes en todo acto de Estado, y tantísimas cosas más que ustedes conocen.

Uno de las mayores causas, si no la mayor, del retraso de España en la historia y en la ciencia, ha sido la perniciosa influencia de la Iglesia. Desde antes de los Reyes Católicos hasta ahora mismo, con las multimillonarias subvenciones y sus exigencias educativas, la semana pasada confirmada con la Ley Wert. España ha sido y sigue siendo campo de cultivo para el fanatismo y la ciega creencia no contrastada ni razonada. Es preciso librarnos de una vez de ese yugo que marca nuestras conciencias desde niños. Cada uno en su lugar. Eso no es anticlericalismo. Sería interesante conocer la opinión del papa Francisco. El Gobierno dirá que no por fidelidad y porque estimará que le producirá más votos el no que el sí. España tiene una hermosa oportunidad de integrarse en el mundo del progreso. Sin quemas de iglesias ni errores republicanos pasados.

También solicita el PSOE la Ley de Libertad Religiosa que ellos proyectaron pero no aprobaron. Aducen que estaban en conflicto con la Iglesia por causa del aborto y matrimonio homosexual. ¿Y? Asimismo como tercera cuestión solicitan que los actos de Estado sean aconfesionales. Por su parte la Izquierda Plural, que, como es lógico, también proyecta la denuncia de los Acuerdos vaticanos, solicita además, desde su minoría actual, volver a cambiar el artículo 135 de la Constitución para que lo público prime sobre la deuda. Por supuesto también será una iniciativa rechazada. Pero no se comprende como cualquier persona sensata pueda dejar de votar a una de estas dos opciones, preferentemente la segunda.

Ya se sabe que a los españoles no les deja opinar sobre cuestiones trascendentales a través de referéndums. Solo se les permite votar cada cuatro años sobre la globalidad de unos programas, pero no sobre asuntos concretos y fundamentales, como por ejemplo en EEUU. Pero sería interesante que se celebrase uno sobre si están conformes o no con los Acuerdos con la Santa Sede. ¿Qué votarían?

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