La aprobación del proyecto de la Ley de la Memoria Democrática por parte del Gobierno andaluz plantea un plazo de 18 meses para la retirada de símbolos que exaltan el golpe de estado de 1936 y el franquismo. La aprobación de la ley supondrá un paso decisivo para eliminar cualquier referencia a este periodo de la historia que aún pervive en nuestras ciudades; y de manera especial en los muros y alrededores de muchas iglesias de nuestros pueblos y ciudades. Muchos de estos templos dan abrigo a este tipo de representaciones que enaltecen figuras significativas de la represión.
Ni la Ley de la Memoria Histórica aprobada por el Gobierno de Zapatero, ni los dos informe de Naciones Unidas que ratifican los crímenes franquistas, han servido para que el actual Gobierno de Mariano Rajoy haya tomado cartas en el asunto para la retirada de aquellos elementos que rememoran el “alzamiento nacional”. Ya sea en el exterior o en el interior de los templos, existen representaciones que honran a las figuras del régimen anterior o lápidas que ensalzan a los “caídos por Dios y por España”, como las de la catedral de Jaén, o las vidrieras de la de Baeza, según adelantó andalucesdiario.es.
Uno de los casos más llamativos es precisamente el de la catedral de Baeza, el templo recrea en su interior la simbología político-religiosa del franquismo con una serie de vidrieras en honor de Franco y otras figuras históricas de la dictadura, que se mantienen desde su restauración entre los años 50 y 60, tal y como recoge el trabajo realizado por el historiador e investigador Antonio Ortega.
Gracias a este estudio se ha conocido el trasfondo político de lo que parecían unos simples escudos heráldicos sin más. La repercusión del mismo ha dado lugar a un debate entre partidarios de eliminar cualquier tipo de huellas del pasado y los que optan por respetar la existencia de esos símbolos para evitar “reabrir viejas heridas”. Posturas enfrentadas por tanto entre los que mantienen una actitud más conservadora frente a colectivos de la memoria histórica que reivindican la eliminación de símbolos, escudos, insignias, placas o menciones que exalten el alzamiento rebelde del 18 de julio, la Guerra Civil o la dictadura. Además se da la circunstancia de que en su claustro se ha instalado una cruz de los caídos, que hasta el pasado mes de diciembre estaba colocada en la fachada de las Antiguas Casas Consistoriales y que fue retirada en aplicación de la Ley de la Memoria Histórica, tras acuerdo plenario del Ayuntamiento de Baeza.
NO FUERA, PERO SÍ DENTRO
El deán de la catedral de Jaén, Francisco Juan Martínez Rojas, parece tener las cosas claras con respecto a la Ley de la Memoria Histórica y la iglesia. “Cuando las instituciones públicas exigen la retirada de un símbolo, que tiene evidentemente connotaciones del periodo franquista, a tenor de la Ley de Memoria Histórica, la ley se aplica al exterior del templo o de cualquier otro tipo de edificio público”. Evidentemente, ha apuntado, hay que cumplir la ley, “si se exige”.
Con respecto al interior de los edificio, la visión que mantiene es diferente: “Se hizo una modificación de la Ley de Memoria Histórica, que en un primer momento obligaba también a la retirada de estos símbolos, pero con posterioridad el interior de los templos quedó en salvaguarda como un lugar en el que no tiene repercusión pública la permanencia de este tipo símbolos”. Para Martínez Rojas, la mayor parte de los elementos que hacen alusión a este periodo de la historia de España se encuentran en el exterior de los edificios religiosos y en cuanto al interior, ha precisado el caso de la catedral de Jaén, donde existen unas placas que la Diócesis colocó por los sacerdotes muertos en la contienda.
Al hilo de ello, el religioso ha recordado parte de la historia del clero jiennense durante la contienda para aludir a estos 134 sacerdotes muertos, “solamente a uno se le hizo proceso y al resto no se le respetaron sus derechos constitucionales para privarles de la vida”, ha explicado Martínez Rojas, para defender la existencia de esta lápida donde “no aparecen los nombres de José Antonio, ni caídos por Dios ni por España, ni nada parecido”. Y en cuento a la catedral de Baeza ha respondido que: “El Obispado de Jaén no se ha planteado nada”.
UN GUIÑO AL RÉGIMEN ANTERIOR
Frente a esta actitud laxa de la Iglesia, José María Díaz, del PSOE, considera que las vidrieras de Baeza no son más que “un guiño de la Iglesia al régimen anterior”, aunque duda de que tenga “la más mínima intención de retirarlas”. Por ello, ha precisado que si sale adelante la Ley de la Memoria Democrática se podrá “obligar”, de alguna manera más contundente, a su retirada. Ha insistido en la posición del Partido Socialista, partidario de suprimir todo símbolo franquista y estos –en referencia a los que están en templos religiosos– “aunque en propiedad privada (cosa discutible), se debería por sensibilidad cristiana, retirarlos”.
Díaz ha hecho también alusión a la lápida de la catedral de Jaén, “donde cuelga una relación de sacerdotes que murieron durante la Guerra Civil, pero con un encabezamiento sesgado y tendencioso: Reverendos sacerdotes diocesanos asesinados en la revolución marxista. Julio de 1936 a marzo de 1939″. Desde el Obispado, recuerda Díaz, “se niegan rotundamente a cambiar este título”.
SÍMBOLOS SIN VALOR CULTURAL
Por su parte, el dirigente de Izquierda Unida (IU) y concejal de esta formación en el Ayuntamiento de Baeza, Juan Manuel Tenorio, entiende que ha llegado el momento propicio, con la aprobación del proyecto de la Ley de la Memoria Democrática de Andalucía, para que la Iglesia dé un paso adelante para desvincularse del franquismo con la retirada de símbolos que enaltecen ese periodo de la historia de España. Esta retirada, según el dirigente de IU, tiene aún más sentido cuando estos símbolos, como las vidrieras de la catedral baezana, no tienen ningún valor arquitectónico ni cultural alguno, simplemente representan una de las etapas más tristes de nuestro país y un enardecimiento de los poderes fácticos de la dictadura en un espacio que no es el más apropiado.
Tenorio ha comparado los símbolos franquistas con el nazismo, “algo impensable en el resto de Europa, donde cualquier exaltación de la esvástica es perseguida penalmente, mientras que nosotros aún convivimos con símbolos antidemocráticos”, ha lamentado el concejal, que espera que la aprobación de la Ley de la Memoria Democrática ponga fin “a todos aquellos elementos que hagan referencia directa a un régimen militar y autoritario”.
EL PP NO VE PROBLEMA EN LAS VIDRIERAS
A diferencia del edil de IU, el dirigente del Partido Popular (PP), Javier Calvente, se muestra mucho más comedido con todo lo referente a la memoria histórica y a la retirada de símbolos franquistas; algo que, en alusión a la cruz de los caídos retirada recientemente de las Casas Consistoriales, ha generado una polémica “que se podía haber ahorrado el Ayuntamiento y evitar con ello reabrir viejas heridas”. Calvente ha restado importancia a los símbolos que representan las vidrieras de Baeza, puesto que, desde su punto de vista, es el cabildo catedralicio el titular del templo y en este caso, ha recalcado, “hablamos de unos elementos que no tienen ningún tipo de notoriedad artística como demuestra el hecho de que la mayoría de los baezanos desconocía el contenido de las mismas”.
Mientras no se apruebe la ley y se establezcan con claridad las actuaciones en estos casos, el debate seguirá en la calle entre los partidarios de mantener símbolos de la dictadura franquista y aquellos que rechazan que el ensalzamiento público de personajes que jugaron un papel decisivo en el golpe militar de 1936 que desencadenó la Guerra Civil.