El santuario de la Fuensanta, con la Casa de los Canónigos, el Seminario de Verano y el bar Quitapesares, fue inscrito el año pasado. /
El Gobierno central estudia si los obispados han registrado bienes de dominio público de forma irregular, lo que daría lugar a una avalancha de pleitos
La Iglesia ha puesto a su nombre alrededor de 30.000 bienes inmuebles en las últimas dos décadas en todo el país. Fuentes de la Diócesis de Cartagena restaban importancia, hace menos de un año, al proceso de inmatriculación en la Región de Murcia en el mismo período, asegurando que solo se habían inscrito, desde 1998 en adelante, «unas veinte o treinta propiedades». Lo cierto es que la cifra de fincas inmatriculadas por la Diócesis de Cartagena ronda las 400 en estos veinte años, según los datos del Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España a los que ha tenido acceso ‘La Verdad’. Ermitas y catedrales, seminarios y colegios, plazas públicas y hasta cementerios engrosan una lista de fincas y edificios, de valor difícilmente calculable, que los registradores de la propiedad han ido enviado al Gobierno de Pedro Sánchez después del requerimiento formal realizado por el Ministerio de Justicia hace casi ya dos años, dando cumplimiento a una proposición no de ley aprobada en el Congreso de los Diputados. La intención del Ejecutivo socialista, con la lista de inmatriculaciones en la mano (que sigue sin salir a la luz), es reclamar aquellos bienes de dominio público que la Iglesia haya podido poner a su nombre de forma irregular en las últimas décadas.
La publicación de esta lista por parte del Gobierno central podría desencadenar un auténtico torrente de reclamaciones en los juzgados por parte de ayuntamientos y particulares, que pugnarían con la Diócesis de Cartagena por la titularidad de los inmuebles en cuestión. Así viene sucediendo con cuentagotas desde hace años en casos como la ermita de Totana, que al final acabó en manos de la Iglesia; la capilla de la Virgen de las Angustias, en Yecla, que reclamaba la Orden de los Franciscanos; o los cementerios de la diputación cartagenera de La Palma y de la pedanía murciana de La Alberca. Entre los 400 bienes inmuebles inmatriculados por la Iglesia en la Región de Murcia en los últimos años se encuentran desde la Catedral de Murcia y una parte de la plaza Belluga, a los santuarios de la Fuensanta (con el bar Quitapesares incluido) y de Caravaca de la Cruz. También algunos bienes culturales que se han quedado fuera del alcance de la Iglesia en este periodo, como el Castillo de Monteagudo y el Corazón de Jesús que lo corona, que el obispo Manuel Ureña reclamó en 1999 alegando que el monumento fue cedido verbalmente por la marquesa de Espinardo. Sin un solo documento que probase la titularidad, la solicitud del Obispado fue descartada.
Sin IBI
Estas 400 propiedades registradas en los últimos años son solo una pequeña parte de los más de 3.000 bienes inmuebles que atesora el Obispado en la Región. Solo en el municipio de Murcia, la Diócesis de Cartagena tiene casi 500 propiedades libres de pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) porque están dedicadas a funciones sociales. A ellas habría que sumar las que no se destinen a ese fin.