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La Iglesia expulsa a un cura de Mallorca por abusos a menores

Pere Barceló forzó al menos a tres niñas cuando era párroco de Can Picafort Es el primer caso en España de marginación directa de un sacerdote

El cura Pere Barceló Rigo, de 60 años, antiguo párroco de la colonia turística de Can Picafort y vicario de la ciudad de Pollença, en Mallorca, ha sido expulsado de la Iglesia tras considerarle el Tribunal Eclesiástico culpable de "gravísimos" delitos sexuales, después de que tres mujeres le acusaran ante un juez de haber abusado de ellas cuando eran menores. El Obispado de Mallorca le prohíbe totalmente el ejercicio del sacerdocio, la pena máxima eclesial, en aplicación de los criterios de dureza y exclusión que marcó el anterior papa Benedicto XVI. Se trata del primer caso en España de marginación directa y pública de un sacerdote, que tiene derecho a apelar al Tribunal de Roma contra esta sentencia. El abogado del cura, Antonio Beltrán, que estudia recurrir el fallo, considera que el sacerdote ha quedado "indefenso", porque "tan solo se han considerado las versiones de las víctimas y para nada se ha tenido en cuenta su relato a efectos de valoración de prueba". La sentencia "es muy dura". El letrado lamenta que se haya tardado 24 años en denunciar los supuestos hechos de "tantas niñas".

Los hechos se remontan a finales de 1998, según denuncias formuladas por al menos tres mujeres que entonces eran menores, en el entorno de la parroquia y la vivienda del párroco en Can Picafort. Una de las víctimas ha detallado que fue violada dos veces por el cura, en distintos episodios que vivió cuando tenía 10 y 11 años. El sacerdote, paralelamente al juicio eclesiástico,  ha sido imputado penalmente por el juzgado de Inca. La causa está en fase de instrucción.

El caso se inició en el plano civil y eclesiástico 13 años después de los hechos. Nació tras divulgarse el testimonio directo de un antiguo catequista de Can Picafort, el hoy periodista Mateu Ferrer, que participó en el documental Els monstres de casa meva (Los monstruos domésticos), emitido por la cadena catalana TV3.

Ferrer ha testificado que en 1998, siendo catequista, vio al cura arrodillado junto a un sofá donde yacía una menor semidesnuda. El periodista asegura que comunicó inmediatamente al obispado lo que presenció, pero fue presionado para que callara y retirara su relato. El cura siguió ejerciendo hasta 2011, cuando se difundió el documental y fue apartado de la parroquia. Entonces las víctimas interpusieron sus denuncias.

Fue el anterior obispo de Mallorca, Jesús Murgui, quien prohibió a Pere Barceló el "ejercicio público de su ministerio" y lo "apartó de su oficio pastoral". La nota oficial omitió la identidad del sacerdote, mientras que ahora la ofrece con nombre y sus dos apellidos. El cura acude a sus comparecencias judiciales acompañado de dos sacerdotes que le respaldan.

La referencia de la expulsión publicada en la página oficial del obispado de Mallorca, ahora firmada por el nuevo prelado, Javier Salinas, indica que “según el ordenamiento jurídico vigente en la Iglesia católica, y después del proceso penal oportuno”, el tribunal “ha declarado culpable a Pere Barceló Rigo de la comisión de delitos contra el sexto mandamiento del decálogo con menores”. Se considera que “siendo gravísimos los delitos cometidos, se le impone la pena máxima de la expulsión del estado clerical, prohibiendo totalmente el ejercicio de su ministerio sacerdotal.”

Las actas del proceso serán enviadas a Roma para la ratificación de esta sentencia, emitida en primera instancia. Pere Barceló, que fue misionero en África, tiene derecho a apelar al Supremo Tribunal de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

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