Reyes Mate profundizó ayer en El País sobre la importancia de la distinción entre los mártires, “producto de persecuciones religiosas” y las víctimas, “resultado de actuaciones políticas”, de cara a valorar el documento de la CEE a favor de la beatificación de 498 curas asesinados “en los años treinta del siglo pasado”.
Memoria politizada
Para el filósofo la memoria de los mártires, “tal y como lo plantean los obispos españoles, es inevitablemente política porque pone el acento no en el hecho de ser víctima, sino en el discurso que envuelve el hecho”. Denuncia también que la CEE exhorte a los fieles a que se impliquen en la beatificación habida cuenta de que vivimos momentos “en los que, al tiempo que se difunde la mentalidad laicista, la reconciliación parece amenazada en nuestra sociedad”.
La Iglesia y Zapatero
Según Reyes Mate, la reflexión moral sobre el asesinato de curas en la República queda “cortocircuitado”, porque “lo importante son `nuestros muertos´, o los problemas que tiene la Iglesia actual con el Gobierno de Zapatero. Subraya también que “puestos a politizar la inocencia de los mártires, llama la atención que la Iglesia sólo evoque los excesos laicistas de la política y no la beligerancia antidemocrática de la Iglesia durante la República”.
Su recomendación
Por último realiza una recomendación de la mano de Alfonso Comín, comunista y cristiano, cuando reconocía: “Pertenezco a un Partido que ha fusilado a héroes y a una Iglesia que ha perseguido a santos”. En opinión de Reyes Mate, “habrá que empezar por objetivar la memoria en la justicia de las víctimas y luego hablar de discursos”.
