El proceso iniciado por la revolución y la independencia en las primeras dos décadas del siglo XIX se vio continuado por una fragmen- tación política producida por la debilidad del poder central instalado en Buenos Aires. En este contexto, las diócesis existentes en el actual territorio argentino quedaron sumidas en una profunda crisis ya que los diezmos dejaron de ser percibidos con regularidad; se vieron cortados sus canales de distribución y los obispos que sobrevivieron al proceso revolucionario no pudieron mantener la obediencia de las provincias que integraban sus jurisdicciones. Por otra parte, la desvinculación con las autoridades eclesiásticas europeas provocó que los obispados atravesaran prolongadas vacancias que a su vez obstaculizaron tanto la formación del clero como la designación de párrocos y redundaron en una deficiente atención espiritual de la feligresía. Esta crisis, que fue vivida tanto por el clero secular como por las órdenes religiosas, motivó los intentos reformistas que se llevaron a cabo en Buenos Aires, Mendoza y San Juan. La reforma eclesiástica de Buenos Aires fue la única que logró ser aplicada, aunque parcialmente y estuvo orientada a revitalizar las instituciones de la Iglesia. Recién a partir de 1853, con la sanción de la Constitución Nacional, la Iglesia Católica pudo iniciar también su camino de consolidación institucional.
La virgen del Pilar dice … (Usos políticos de la Virgen del Pilar)
Prosigue la Escuela Republicana de Zaragoza con su incansable esfuerzo en favor de la difusión didáctica y crítica…



