La Iglesia episcopal estadounidense aprobó las uniones matrimoniales entre personas del mismo sexo después de que el gobierno estadounidense las legalizara.
La Iglesia anglicana de Inglaterra votó a favor de condenar el matrimobio homosexual y decidió penalizar a la Iglesia episcopal. “Durante tres años la Iglesia Episcopal ya no nos representará en las reuniones ecuménicas e interreligiosas», sentencia el documento publicado tras la reunión
Después de que el gobierno estadounidense legalizara las uniones matrimoniales entre dos personas del mismo sexo, la Iglesia episcopal -la Iglesia nacional estadounidense de la comunidad anglicana que abarca un total de 208 diócesis de diversos países- decidió aprobar las uniones matrimoniales para todos.
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, convocó la reunión de arzobispos y obispos anglicanos con el fin de resolver el conflicto que, finalmente, se inclinó hacia el lado conservador.
Los líderes de la Iglesia anglicana de Inglaterra han votado a favor de la condena del matrimonio entre dos personas del mismo sexo y la penalización de la Iglesia Anglicana de los EEUU por haberlo reconocido.
Después de la reunión a puerta cerrada de 37 arzobispos y obispos de todo el mundo en la cripta de la catedral de Canterbury, se emitió un comunicado en el que se define el matrimonio como “la unión de por vida entre un hombre y una mujer”.
La decisión desembocó en la indignación de clérigos liberales, quienesaseguran sentirse avergonzados de ser anglicanos después de la toma de la decisión.
La aprobación de los matrimonios homosexuales es una cuestión que ha dividido a la Iglesia. Por un lado, se opone los conservadores y muchos anglicanos de países africanos. Por otro lado, los liberales y los anglicanos pertenecientes a la Iglesia Episcopal, de los Estados Unidos, apoya que las uniones matrimoniales para todos.
Las consecuencias de la decisión
“Dada la gravedad de estos asuntos», describe el documento, se prohíbe a la Iglesia Episcopal la participación en “la toma de decisiones sobre las cuestiones relativas a la doctrina o sistema de gobierno», entre otras sanciones.
“Durante tres años la Iglesia Episcopal ya no nos representará en las reuniones ecuménicas e interreligiosas», sentencia el documento publicado tras la reunión.