La reactivación del viejo conflicto con los separatistas y la intensificación de los ataques terroristas tras la progresiva retirada de las fuerzas de la ONU provocan más de 650 muertos en dos meses
El norte de Malí se ha vuelto a incendiar en los últimos dos meses a raíz de los intensos combates entre las Fuerzas Armadas y los rebeldes tuaregs, que han reactivado el viejo conflicto en la región tras una década de precaria calma. Estos enfrentamientos, unidos a una escalada de ataques yihadistas sin precedentes, han provocado al menos 650 muertos entre agosto y septiembre, según los datos de la organización Acled.