El segundo aniversario de la toma de Afganistán por los talibanes se acerca rápidamente. Desde entonces, a las mujeres afganas se les han negado los derechos humanos más básicos en lo que sólo puede describirse como apartheid de género.
Sólo calificándolo como tal, y dejando claro que la situación en Afganistán es un crimen contra la humanidad, podrá la comunidad internacional luchar legalmente contra la discriminación sistemática de las mujeres y niñas del país.
Borrar a las mujeres de la esfera pública es fundamental para la ideología talibán. Las instituciones de derechos de la mujer en Afganistán, en particular el Ministerio de Asuntos de la Mujer, han sido desmanteladas, mientras que el temido Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio ha resucitado.