La Gerencia Municipal de Urbanismo ha remitido a la propiedad del club deportivo Tempo, recientemente inaugurado, una orden de clausura de las instalaciones hasta tanto disponga de los permisos necesarios para realizar la actividad. En la orden firmada por los responsables del organismo municipal, consta la detección realizada por la Policía Local de que se han llevado a cabo actividades de forma ordinaria en las instalaciones, tras meses de desarrollo de las obras de construcción del complejo, que se ha comercializado como un club deportivo y social de gama alta.
Tempo es un complejo deportivo que es responsabilidad, como promotor, de la fundación responsable del colegio La Salle aunque en colaboración con una serie de empresarios cordobeses del sector del ocio y la construcción. En cuanto sea notificada la orden de clausura, los promotores de la actividad tendrán un plazo de recurso para exponer sus argumentos. En la última Comisión de Licencias, la Gerencia de Urbanismo denegó la declaración responsable de la actividad como consecuencia de que aún no ha sido aprobado un modificado del proyecto original desarrollado durante el periodo de obras.
En Urbanismo, existe la constancia de que el asunto del club deportivo va a traer como consecuencia un largo pleito legal. Y no tanto por la situación actual como por las condiciones en las que el anterior equipo de gobierno autorizó un proyecto que se calcula en ocho millones de inversión. El suelo sobre el que se ha creado el edificio tiene la calificación de equipamiento educativo privado. Por ende, se le impuso unas condiciones muy concretas que pasan por que sea de uso para la comunidad escolar de la La Salle, tenga el mismo horario que la institución educativa y que abra los mismos días que las aulas. Los promotores han realizado una agresiva campaña de comercialización de socios en los últimos meses vendiendo unas instalaciones de alto «standing».
Este periódico ha intentado en numerosas ocasiones durante los últimos días obtener el punto de vista tanto de los empresarios que han desarrollado el proyecto como de la fundación que aparece en la licencia municipal de obras como responsables del complejo. En ambos casos, se ha optado por declinar dar una versión de los hechos desde el punto de vista de la propiedad.