Desde la Federación Internacional de Ateos (FIdA) han impulsado una iniciativa para denunciar los símbolos religiosos de todo tipo que hay en los edificios públicos y piden que los ciudadanos emitan protestas contra ellos para conseguir que la nuestra “llegue a ser de verdad una sociedad laica”.
La Federación Internacional de Ateos (FIdA) ha acogido de manera positiva la sentencia para retirar de un colegio público de Valladolid los crucifijos y, apoyándose en esta decisión judicial, ha decidido iniciar una campaña de denuncia contra los símbolos religiosos de los lugares públicos. La organización propone enviar reclamaciones administrativas a todos los lugares públicos en los que haya crucifijos u otros signos confesionales pidiendo que sean retirados.
"Dar la batalla" por el laicismo
Según la federación, la llegada masiva de este tipo de reclamaciones, acompañadas de fotografías de los lugares, “alentarían el debate a escala nacional y autonómica” generando reacciones “de los políticos y del clero” que llevarían a la sociedad a plantearse “que eso a lo que estamos acostumbrados no es normal”. “Tenemos que dar la batalla por desalojar a las confesiones del espacio público, si queremos que esto algún día no muy lejano llegue a ser de verdad una sociedad laica”, defienden en su web.
"Ni de coña. ¡Denúncialos!"
Para la FIdA, “que ninguna confesión tenga carácter estatal implica que ‘el Estado no puede adherirse ni prestar su respaldo a ningún credo religioso’, y por lo tanto no se puede propiciar que una parte de la ciudadanía se sienta más o menos discriminada por motivos religiosos”. En este sentido, su campaña, que lleva por lema “¿Símbolos religiosos en edificios públicos? Ni de coña. ¡Denúncialos!” pretende “poner de manifiesto la discriminación positiva que, por parte del Estado, se practica con la Iglesia católica y con sus iconos tradicionales”.
"Machacona propaganda religiosa"
Además, la organización recuerda que “no se trata solamente del crucifijo” sino también de otros símbolos como “la instalación de belenes en edificios de titularidad pública”, una práctica que a su juicio “n o pude aceptarse como una concesión a un ‘espíritu navideño’ exento de connotaciones confesionales”, puesto que supone “una simple y machacona propaganda religiosa”. “El espacio público es de todos y una confesión religiosa no puede imponer sus símbolos en él”, insiste la agrupación.