Tras el traslado de los cuerpos de Franco y de Primo de Rivera fuera de la basílica, el Gobierno prosigue con sus planes para trasformar el antiguo Valle de los Caídos
El traslado de los restos de José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange, del Valle de Cuelgamuros, antes llamado de los Caídos, es, en palabras del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, “un paso más en la resignificación” del monumento, un proceso que comenzó en 2007, con la primera ley de memoria, que prohibía los actos de exaltación del franquismo en el recinto. El segundo gran hito fue la exhumación, en octubre de 2019, de los restos de Franco, decisión avalada por los tres poderes del Estado: el legislativo, el ejecutivo y el judicial. La Ley de Memoria Democrática aprobada el pasado octubre incluyó el cambio de nombre y otras medidas aún no ejecutadas. En ese complejo proceso para arrebatar a Franco el monumento ideado para inmortalizar su victoria quedan todavía pendientes las siguientes fases: