Nos hacemos eco de una noticia publicada recientemente que pone de manifiesto la calidad educativa de los centros de enseñanza (públicos), a pesar de las tendencias privatizadoras de los diversos gobiernos y de desmantelamiento de la educación –pública– fruto de políticas neoliberales que velan por los intereses de turno de las economías y mercado de trabajo más, que por una educación democrática, eficiente y para todas las personas (equidad real).
La noticia en concreto decía:
“un alumno que se graduó en un instituto público tiene un 63% más posibilidades de sacar buenas notas en la Universidad Complutense de Madrid que uno que viene de un centro privado (concertado o no). A esa conclusión llegan los investigadores María Fernández Mellizo-Soto y Alexander Constante en un artículo basado en los datos de asignaturas aprobadas por 8.660 inscritos en primero de carrera que provenían del Bachillerato en el curso 2017/2018.
Pero los datos de la Complutense, que cruzan todo tipo de indicadores, no son aislados y son extrapolables al resto de campus públicos de España. En un estudio posterior, Análisis del abandono de los estudiantes de grado en las universidades presenciales en España (2021), de nuevo Fernández Mellizo-Soto concluyó lo mismo para los 240.500 matriculados en primer año en 2015-2016”.
Hay que desmontar los discursos que pretenden embarullar las ideas y debilitar la enseñanza pública. Los docentes (profesionales) de los centros educativos andaluces y españoles desarrollan una labor no solo fundamental sino también excelente a pesar de los recursos a veces insuficientes de los que disponen, a diferencia de los centros concertados-privados. Profesionalidad, vocación, iniciativa, buen hacer, atención a las necesidades educativas…que permiten sostener un sistema que sin embargo se desangra a base de recortes y pérdida de unidades.
Hoy sin embargo queremos poner la punta de la lanza en aquellos que con su dedicación cada día atienden a miles de estudiantes y permiten que alcancen sus sueños y además, con los mejores resultados y menor abandono en enseñanzas superiores, que el alumnado proveniente de centros concertados-privados.
Vertebrar el sistema educativo público, fortalecer las instituciones democráticas, acabar con las inercias autoritarias y perseguir una mejora global de la educación, han de ser los nortes y los caminos para seguir siendo el sostén de la sociedad cultural y educativa. Contamos con muchos y buenos conocimientos para precisar mucho mejor que antaño qué debe enseñarse en las escuelas y qué aprendizajes desarrollar; lo que precisamos son voluntades, apoyos suficientes y presiones inexcusables para poner lo mejor de nuestras cabezas al servicio de una causa justa como la calidad educativa de todas y para todas. Ese es el reto de la calidad de hoy. Lo demás solo será perder un tiempo precioso.
Más y mejor. Escuela pública, laica de calidad.