La enseñanza concertada y la privada avanzan en las comunidades más ricas y pobladas en las etapas de escolarización obligatoria mientras la que gestionan las comunidades autónomas garantiza el servicio público en las de menor densidad demográfica y rentas.
La escuela pública resiste, e incluso llega a crecer, en la España vaciada en las etapas de escolarización obligatoria mientras la enseñanza privada y la concertada avanzan en las comunidades más pobladas y ricas del centro (Madrid) y de la periferia, según señalan los datos del Sistema Estatal de Indicadores de la Educación que anualmente publica el ministerio del ramo.
«Los factores clave para explicar esta situación son la densidad demográfica y la dispersión de la población, que en la España despoblada pesan más que la renta. Es una cuestión de escala», explica Luis Antoni Sáez, director de la Cátedra de Despoblación e Innovación de la Universidad de Zaragoza, que añade a esos elementos el del envejecimiento.
«No es rentable abrir un colegio donde no hay niños», anota. Y tanto la privada como la concertada son negocios de iniciativa privada en el ámbito educativo cuyo objetivo, como el de toda empresa, es la rentabilidad.
Los datos sobre el reparto de los alumnos en función de la titularidad de los centros educativos ponen de manifiesto los «elevados porcentajes de alumnado en centros públicos» que se registran en Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia y Murcia, comunidades que, junto con Canarias, «superan el porcentaje de España en todas las etapas».
Se trata, con el añadido del archipiélago y con la excepción de La Rioja y de Castilla y León, que sí supera la media estatal de escolarización en centros públicos en infantil, de lo que se conoce como «la España vaciada», ese amplio territorio del centro de la península ibérica y de las áreas del litoral alejadas de los históricos polos de desarrollo de la estructura radial del país que desde hace más de un siglo sufre una sangría demográfica por la emigración de sus habitantes zonas con mayores posibilidades de desarrollo.
Servicios públicos para zonas sin oportunidad de negocio
Extremadura y Castilla-La Mancha son, con diferencia, las dos comunidades en las que mayor peso tiene la enseñanza pública, con porcentajes de alumnado superiores al 75% (y el 80% en algunos casos) en todas las etapas de escolarización obligatoria que se disparan a partir de ahí: ambas están por encima del 88% en bachiller, pasan del 90% en la formación superior no universitaria (FP, básicamente) y alcanzan el cien en las universidades.
Paralelamente, Asturias y Cantabria en infantil y Andalucía, Canarias y Galicia en primaria y secundaria superan el 70% de los alumnos escolarizados, en lo que parece otra prueba del nueve de cómo son las administraciones públicas quienes asumen el grueso de la prestación de este servicio público fundamental en las zonas de menor densidad demográfica y rentas del país.
Sáez, que hace hincapié en el error habitual de «confundir despoblación con pobreza, que no son lo mismo como señalan los niveles de renta de provincias como Soria o Teruel», llama la atención sobre otros aspectos clave para entender este reparto, como son «la mejora de la oferta educativa de la pública y de los servicios del Estado de bienestar en las zonas rurales»: los institutos de secundaria, que hasta mediados del siglo pasado solo estaban en las capitales de provincia, llegan ahora a las de comarca en todo el país.
Centros con menores ratios de alumnos
En este sentido, destaca cómo a menudo supone un plus de atracción para las familias llevar a sus hijos a un centro con menores ratios de alumnos por clase que en la ciudad y en el que, por las inercias de gestión de personal de las administraciones, la plantilla tiene en ocasiones una elevada presencia de profesores «más jóvenes e innovadores». «Aunque también te encuentras con el que te dice que su puesto de trabajo no tiene nada que ver con el huerto escolar, claro», añade.
Por otro lado, tampoco conviene olvidar otro factor clave para comprender el peso de la pública en el mundo rural como es el del transporte, imprescindible, pese a sus altos costes, para optimizar los costes del servicio, lo que hace que en áreas de baja densidad demográfica únicamente sea asumible por las administraciones como parte de un servicio público.
La mejora de las comunicaciones, anota Sáez, también resultó clave en la desaparición de los internados de las cabeceras de comarca en los que, hasta las últimas décadas del siglo pasado, miles de niños de zonas rurales pasaban semanas o meses, según el caso, por la imposibilidad de cubrir diariamente el trayecto entre sus casa y el colegio.
La concertada y la privada crecen en las zonas ricas
Por el contrario, añade el estudio, Euskadi, la quinta comunidad del país por PIB y nivel de renta, «es la comunidad con mayor porcentaje de alumnos en enseñanza privada concertada en el conjunto de todas las etapas no universitarias».
De hecho, es la única comunidad en la que la escuela pública se queda por debajo del 50% en una etapa obligatoria. Ocurre con la ESO, en la que los centros de titularidad autonómica únicamente concentran al 46,4% del alumnado mientras la concertada aglutina al 52,9% con una privada residual que se queda en el 0,8%.
Euskadi es la única comunidad en la que la pública se queda por debajo del 50% en una etapa obligatoria
En el caso de Euskadi hay que tener en cuenta el peso que tienen en el sistema educativo las ikastolas, buena parte de las cuales nacieron en la década de los setenta y los ochenta como cooperativas de enseñanza impulsadas por maestros y familias que posteriormente fueron concertando su funcionamiento con el Gobierno vasco.
Por último, los mayores porcentajes de alumnado matriculado en la enseñanza privada no concertada «en todas las enseñanzas no universitarias» corresponden a la Comunidad de Madrid, la segunda del Estado en potencia económica, mientras La Rioja aparece como la primera en los estudios superiores privados, aunque eso se debe «al peso de su universidad privada no presencial» y no a la acumulación de estudiantes en sus aulas.
El avance de lo privado en Madrid
Las mayores cuotas de mercado de la concertada y de la privada se dan en comunidades como Navarra, La Rioja, Baleares, la Comunitat Valenciana y Catalunya, aunque entre todas ellas destaca, solo superada por Euskadi, Madrid, donde las políticas educativas de los gobiernos autonómicos del PP han avalado la expansión de ambos modelos.
Los centros de titularidad no pública alcanzan en Madrid una cuota de mercado del 49,8% en infantil (26,2% para la concertada y 22,7% para la privada), la única etapa en la que supera al País Vasco, un 46% en primaria (36,5% y 9,5%) y un 48,1% en la ESO (37,7% y 10,4%), mientras que en las etapas no obligatorias llegan al 37,2% (14,5% y 22,7%) en bachiller y al 35,1% (todo privado) en FP de segundo grado. Solo en este apartado, y por unas décimas (16,6% y 19,4%), Catalunya se interpone entre vascos y madrileños.
La comparación de la edición de este año del Sistema Estatal de Indicadores de la Educación, publicada hace unos días y referente al curso 2016-2027, con la del 2006-2007 muestra algunos datos llamativos sobre la evolución del sector educativo en esa década, como el hecho de que, a nivel global, la enseñanza pública haya perdido cuota de mercado tanto en la etapa de infantil (de tres a seis años) como en el tramo obligatorio de la ESO (los cuatro primeros cursos) mientras registraba un ligero avance en primaria.
La universidad privada le come terreno a la pública
Concretamente, ganaba siete décimas en esta última para llegar al 67,8% del alumnado arañándole escolares tanto a la concertada (28,5%) como a la privada (3,8%) mientras ambas le comían terreno en Infantil, donde caía al 63,3% tras perder nueve décimas mientras los centros subvencionados ganaban doce para llegar al 25,2% al comerle otras cuatro (los datos oficiales incluyen un descuadre de una décima) a la privada, que se quedaba en 11,5.
Ambas crecen en el tramo obligatorio de secundaria a costa de la pública, cuya cuota de mercado cae al 65,5% tras dejarse ocho décimas que se reparten entre la concertada, que gana tres para subir al 30,8% mientras la privada avanza seis (de nuevo con descuadre) para alcanzar el 3,8%.
El mayor retroceso de los centros públicos, no obstante, se da en el ámbito universitario, en el que la privada le ha comido casi siete puntos en una década, en la que la proporción 87,1%-12,9% pasó a ser un 80,3%-19,7%.
Por otro lado, el informe del ministerio anota que, aunque «en general existe bastante estabilidad» en la distribución del alumnado, entre el curso 2007-2008 y el 2016-1017 «destaca el aumento del peso de los centros públicos» en el primer ciclo de infantil, en el que «han pasado del 43,8% al 51,5%, superando al peso de los centros privados». Eso rompe la tendencia global en el conjunto de la etapa.
Paralelamente, en los ciclos de FP de grado superior «ha disminuido la enseñanza concertada en 4,5 puntos y ha aumentado la enseñanza privada no concertada en 8,7».