Repetimos nuestro llamamiento: ¡Apoyemos con todas nuestras fuerzas al juez Luigi Tosti con motivo del juicio contra él que se celebrará el 18 de noviembre de 2008 en Roma!
Con un escrito de una sola página y evidentemente prefabricado que llegó hace pocos días (adjunto como documentación), el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo ha desestimado con carácter definitivo y sin ninguna argumentación ni vista la demanda del Dr. Peter Nittmann contra Alemania referente al impuesto eclesiástico forzoso recaudado a cargo de los desempleados sin confesión religiosa en base al Concordato de Hitler. Lo único que pone en el escrito es que no existe “ninguna apariencia” de una violación de la Convención Europea de los Derechos Humanos –ahora resulta que esta queja debe ser injustificada. Todo tipo de explicación a esta atroz afirmación es denegada categóricamente en el escrito por parte del tribunal de justicia. Éste se limita simplemente a comunicar que no desea más notificados en esta cuestión y que en un año destruirá el acta. Este formulario cumplimentado, firmado por algún empleado, es –después de tres años de completa inactividad del tribunal de justicia– la única respuesta que el Dr. Nittmann ha recibido a las sesenta páginas del minucioso y fundamentalmente justificado escrito de demanda y a las milesde firmas de solidaridad del mundo entero adjuntas en copia. La demanda fue rechazada por tanto en una vista secreta, ni por asomo ha sido ésta ni será nunca vista en Estrasburgo, y el acta –en vista de la importancia del caso y de su eco internacional sin duda un documento histórico– ¡deberá ser destruida sin dejar huella! ¡Qué comportamiento tan despreciable: No se puede aceptar primeramente una demanda y declarar tres años más tarde para eludir la responsabilidad que ésta nunca será vista ni se dictará sentencia sobre ella – ¡Ya lo podían haber dicho de inmediato! Este modo de proceder es un insulto para el Estado de Derecho y un preludio de lo que nos espera de la futura UE.
Este papelucho de cuatro párrafos de largo escrito por algún secretario contiene no obstante una información reveladora: la desestimación de la demanda sin vista ni argumentación alguna fue acordada por un comité de tres jueces que tuvieron que decidir por unanimidad y al que pertenecían además de la jueza Berro-Lèfevre de Mónaco y de la jueza búlgara Kalaydjieva,la jueza alemana Renate Jaeger. El Gobierno alemán, representado por esa Sra. Jaeger que en el 2004 el mismo había elegido, pudo así decidir en Estrasburgo como juez en su propio interés. La Sra. Jaeger había estado ejerciendo anteriormente muchos años su cargo de jueza en el Tribunal Constitucional Federal alemán y en la Corte Federal de Asuntos de Seguridad Social – es decir, exactamente los dos tribunales que habían encubierto y aplicado determinantemente con escandalosas sentencias el anticonstitucional impuesto alemán eclesiástico forzoso practicado a los desempleados sin confesión religiosa. La jueza Jaeger no ha cesado de exigir desde su nombramiento –al igual que en los años anteriores, cuando el acta del Dr. Nittmann se encontraba en un cajón de Estrasburgo, lo hacía el mismo Gobierno alemán– en la prensa que el Tribunal de Justicia Europeo debería abstenerse ante Alemania, “respetar” las decisiones del Tribunal Constitucional Federal alemán y “concentrarse en otros Estados”. Esta misión al estilo Animal-Farmen la causa más delicada y desagradable que el Gobierno alemán haya podido tener en Estrasburgo desde hace mucho tiempo, la ha cumplido por tanto la Sra. Jaeger misma: El Gobierno alemán nunca tendrá que justificar con una sola sílaba esta violación de la Constitución y ese saqueo del impuesto eclesiástico que asciende a miles de millones practicado a los más pobres entre los no pertenecientes a alguna Iglesia y menos aún reconocer dicha violación y dicho saqueo y tener que indemnizar a las víctimas. Aunque haya abolido la ley anticonstitucional a la chita y callando gracias a las fuertes protestas internacionales, los miles de millones de euros saqueados a favor de la Iglesia se los queda, a las víctimas les ha robado hasta el último céntimo ¡y ahora las deja con tres palmos de narices!
Este acto de violencia con que el Tribunal de Justicia Europeo de un plumazo se quita de encima un total aproximado de 6000 firmas de protesta procedentes del mundo entero y la demanda minuciosamente justificada –en la cual la ampliación del Concordato de Hitler hasta el impuesto eclesiástico forzoso anticonstitucional a cargo de desempleados sin confesión religiosa por el Gobierno del SPD (Partido Socialdemócrata Alemán), partido al que también pertenece Renate Jaeger, es documentada a partir de 1975 detalladamente– muestra sobre todo una cosa: Que nadie se haga ilusiones sobre la servidumbre completa en vista de la Iglesia y el desprecio sin nombre del Estado de derecho por parte de una así llamada “Justicia Europea independiente”que la tarde anterior a la imposición prevista de una ley de autorización –la del Tratado de Lisboa de la UE con su mal afamado artículo proclerical 52 (ahora Art. 17 del planificado “Tratado sobre Métodos de Trabajo de la UE”)– quiere imponer a Europa el efecto continuo y la ampliación de los privilegios de la Iglesia concedidos al Papa por Hitler y Mussolini.
El súbito acto de violencia de Estrasburgo después de largos años de espera, aunque sin duda muy feo, muestra sin embargo también: Que al Tribunal de Justicia Europeo no le salido el cálculo de que la atención del público se adormeciera en los tres años de dilación – cientos de escritos de protesta en el caso Nittmann han estado llegando incesablemente hasta el final. El tribunal de justicia ha optado así por suspender el proceso bruscamente y sin palabras para detener las continuas protestas. Él quiere borrar el recuerdo de esta mancha de la historia europea y alemana, nosotros por nuestra parte haremos todo lo que esté en nuestras manos para que dicho recuerdo prevalezca en la memoria de la humanidad.
Como se ve, la parte contraria no desaprovecha nada, por tanto tampoco nosotros nos podemos permitir desaprovechar, puesto que sigue siendo válido: Sólo el público huido y temido por los autores es capaz de combatir eficazmente la planificada reclericalización de Europa. Sin el caso del Dr. Nittmann aún existiría hoy día en Alemania el anticonstitucional impuesto eclesiástico forzoso para desempleados sin confesión religiosa y sin un público que actúe ahora y sin ilusiones nunca habrá una absoluciónen otroproceso de principio pendiente, ¡el del juez Luigi Tosti!
¡Fuera con el decreto del crucifijo de Mussolini! ¡ Restablecimiento de la libertad de religión y separación de Estado-Iglesia garantizados por la Constitución italiana!
¡Absolución para el juez Luigi Tosti!
Con este motivo adjuntamos de nuevo nuestro llamamiento de solidaridad con Luigi Tosti enviado hace tres semanas – sólo quedan ya muy pocos días hasta la celebración de la vista en Roma. En el llamamiento se hace mención, además de a la dirección del Tribunal de Casación en Roma, en especial a su número de Fax. Asimismo pedimos la asistencia al juicio contra Luigi Tosti el 18 de noviembre de 2008a todas las personas y organizaciones fuera y dentro de Italia que les sea posible estar. Nosotros también enviaremos un observador.
¡Por una Europa laica sin Concordato de Hitler y sin decreto del crucifijo de Mussolini!