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La capilla de la Universidad de Salta (Argentina): vínculos entre Iglesia, Universidad y el golpe militar del 76’. I Creación de la capilla

Dividamos la información en tres momentos centrales: desde 1978 a 1983, se analizarán las acciones que llevan a la creación de la Capilla, de 1983 a 1986, distintos momentos de tensión entre el movimiento estudiantil y la iglesia católica, y por último los hechos actuales que demuestran la alianza entre los poderes político y pastoral.

Desnaturalizando las estructuras

Antes de la existencia misma de la Capilla dentro de la UNSa, existió un servicio denominado Capellanía que tenía por objetivo brindar a los estudiantes acompañamiento espiritual en su formación profesional. La creación de ese espacio se dispone en la resolución del consejo superior Nº 522/78 del 8 de noviembre de 1978. En la misma el rector Hugo Roberto Ibarra, durante el gobierno de facto de Jorge Rafael Videla, establece los motivos para la creación del templo dentro del ámbito universitario:

“(…) la ley universitaria vigente, en su artículo 2º dispone que las autoridades de las Universidades arbitrarán las medidas tendientes a cumplir efectivamente con la finalidad de preservar, incrementar y transferir cultura y en particular, asegurar la formación y capacitación integral de profesionales y técnicos (…)”.

Añade que “es preciso cultivar el espíritu de tal manera que se promueva la capacidad de admiración, de intuición, de contemplación y de formarse un juicio personal”, luego acota que “la universidad no puede sustraerse a la obligación de posibilitar la plena vigencia de los valores espirituales y sociales de la moral cristiana de la tradición y dignidad del ser argentino”. Por último, justifica la creación en un argumento constitucional: “Que el culto reconocido como oficial por la Constitución Nacional es el católico, apostólico, romano”.

Luego, en su artículo segundo se establece que el pago de los honorarios del Capellán será equivalente al de un docente con cargo adjunto y dedicación semi-exclusiva. Una de las condiciones para la designación del Capellán es la aprobación del Arzobispado de la Provincia.

Actualmente resulta impensado que la universidad se ponga como obligación cultivar los valores cristianos y el ser argentino. Pero en el año 1978 y bajo el gobierno de facto más terrible de la historia argentina, disposiciones como estas, tendientes a exacerbar el nacionalismo y la fe católica, no eran para nada extrañas. De hecho, en aquellos mismos años la UNSa dispone dar a su predio el nombre de “Campo Universitario Gral. José de San Martín” en honor al héroe militar y la creación, por concurso, del logo, lema e himno que la identifican.

En el año 1982 se conmemora el 10° aniversario de la creación de la UNSa, lo que da lugar a celebraciones de las que participarán los rectores de la Universidad Nacional de Tucuman y Jujuy, los doctores Carlos Landa y Salvador Cosentini, respectivamente. En aquel momento, el rector de la UNSa, Carlos Augusto González del Pino, dispone por resolución del consejo superior N° 209/82 del día 6 de mayo de 1982 definir una grilla de actividades austeras dado que el país se encontraba conmocionado por la Guerra de Malvinas. Las dos actividades planeadas son el tradicional acto de colación que en esta oportunidad se realizó en el Cine Teatro Ópera y una misa en la Catedral que será oficiada por Monseñor Carlos Mariano Pérez. Asistieron el rector de la Universidad Católica de Salta, el sub-secretario de Educación de la Nación, Ricardo de la Torre, y el vicepresidente del CRUN (Comisión de Rectores Universitarios), Humberto Ricomo.

Además, en aquella oportunidad, el Rector González del Pino brinda una entrevista al diario El Tribuno en la que menciona los logros que la Universidad ha tenido en sus primeros diez años de vida. Entre los laudos mencionados hace referencia al compromiso que la institución ha tenido en el conflicto de Malvinas, por ejemplo, a través del dictado de una conferencia por el entonces gobernador de facto Roberto Augusto Ulloa.

El capitán de navío designado por la Dictadura como gobernador de Salta vuelve a aparecer junto al rector cuando en ese mismo año, los días 14 y 15 de agosto, se realiza el X Encuentro Nacional y I Encuentro Regional de Profesionales Católicos organizado por la Acción Católica Universitaria, evento que contó con el auspicio oficial de la UNSa a través de resolución del consejo superior N° 385/82. Del acto de apertura de este evento participaron Ulloa, el monseñor Carlos Mariano Pérez, el obispo de San Juan, monseñor Ítalo Distéfano, el presidente de la rama de profesionales de la Acción Católica (PAC) y su asesor nacional, el sacerdote Domingo Basso. Este último inauguró el evento con una invocación religiosa.

Durante ese mismo acto toma notoriedad el Presbítero Julio Raúl Mendez, capellán de la UNSa y “director espiritual de la Universidad Católica de Salta” (sic), quien disertará en la Escuela Técnica N° 2 sobre “¿Qué es ser universitario?”. Este peculiar evento culminará con otra misa en la catedral, con la participación de diversos organismos católicos, como Palestra, además de contar con la presencia del Ministro de Educación de la Nación, Cayetano Licciardo, quién expuso sobre ” Responsabilidad del profesional católico”, tras haber participado de una reunión con el ministro de Gobierno, Educación y Justicia salteño, Jorge Oscar Folloni.

Podemos ver hasta aquí toda una serie de acciones, vínculos y estrechas amistades entre los funcionarios del último gobierno de facto, la más alta jerarquía de la iglesia y los rectores de ambas universidades de la provincia. Esto quizás sirva para explicar esta idea frecuentemente difundida de que incluso actualmente la distribución de las carreras entre la UNSa y la Católica responde a un acuerdo para que la institución religiosa conserve el control de la formación de ciertos profesionales cuyo desempeño es influyente en el sentido común de la sociedad, como por ejemplo los abogados, escribanos y los psicólogos.

Se puede ver en todos estos hechos como se han urdido las diferentes tramas de la religión, la política y la vida universitaria. No es casual que al año siguiente de este gran encuentro se haya concretado una de las intromisiones más notables de la Iglesia sobre la UNSa: la inauguración de la Capilla “Maríia sedes sarpientiae” o “María Madre de Sabiduría”.

Fue inaugurada el 14 de agosto de 1983 (el día en que se entronizan tradicionalmente las imágenes del señor y la virgen del milagro), en un acto del que participaron el rector de la UNSa, Gustavo Enrique Wierna, el vicerrector, Oscar Oñativia, y el rector de la Universidad Católica de Salta, Ennio Pontussi. Además, estuvieron presentes el secretario de Cultura y Educación de la provincia, Rafael Vicente Moreno, el intendente de la ciudad, Néstor Salvador Quintana, y representantes del Ejército Salta y la División Naval NOA, según consigna el diario Tribuno del 18 de agosto de 1983. La ceremonia contó con la bendición del edificio de manos de Monseñor Pérez.

Así, en un clima de tensiones políticas, con la legitimidad del gobierno militar resquebrajándose ante la derrota en Malvinas y un escenario de creciente crisis económica, la iglesia logra materializar su existencia dentro de la UNSa. Además de su independencia, en esa etapa la UNSa perdió a 25 compañerxs desaparecidos y a la mítica aula 1 donde se originaron las primeras experiencias de organización estudiantil y que fue víctima de un atentado.

 

Marce Butierrez. Estudiante de Antropología – UNSa

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