La ciudad celebró a su patrona con una misa y una procesión, y la Cofradía de la Virgen inauguró su nueva sede La alcaldesa recordó a las víctimas de la violencia de género y el obispo agradeció el esfuerzo por Euntes
La imagen de la Virgen de la Esperanza, la patrona y alcaldesa mayor de Logroño, recorrió ayer las calles del centro histórico de la ciudad. Y lo hizo bien acompañada porque, para lo que suele ser este día, tantas veces laborable, había gente. Ya la había en Santiago. Cuando llegó la comitiva municipal, a las doce, el templo estaba lleno, incluso con el coro abierto y repleto. Desde la megafonía se pedía a los usuarios de los asientos de la iglesia que se juntaran para que pudieran sentarse más. También se instaba, por cierto, a que se apagasen los móviles.
La ceremonia la dirigió el obispo de la diócesis, Carlos Escribano, que estuvo acompañado por otro obispo, en este caso el de Jericó, en Colombia, Noel Londoño. Durante la misma, la alcaldesa, Cuca Gamarra, en su ofrenda en nombre de la ciudad, habló de anhelo de entendimiento entre españoles, entre sociedades y entre fuerzas políticas. Y también de afán de superación, de voluntad y de compromiso de solidaridad como referentes. Pidió, por fin, ayuda para que ningún mayor pase soledad y para erradicar la violencia de género. «Te encomendamos a todas las víctimas y a sus familias, en especial a la última mujer a la que le han robado los sueños, el futuro, a Laura y a sus seres queridos», indicó.
El obispo, por su parte, aprovechó para dar las gracias por la implicación de la ciudad en la ‘Misión Diocesana Euntes’, en la que tomaron parte 61 pasos o imágenes y más de una treintena de estandartes de 73 municipios de La Rioja.
Tras la procesión, en la que el presidente regional, José Ignacio Ceniceros, y la alcaldesa, Cuca Gamarra, llegaron a coger el paso de la Virgen, la Cofradía de La Esperanza estrenó sede nueva en la calle Mayor, muy cerquita de Santiago. Gamarra dejó allí una bandera de Logroño que permanecerá junto a una imagen de La Esperanza.
La Cofradía del Vino celebró su habitual cata solidaria con motivo del día de la patrona, esta vez a beneficio de la Asociación Española contra el Cáncer. Al evento acudieron 80 personas a razón de 15 euros cada una y pudieron probar los siete vinos institucionales que cedió el Consejo Regulador.