Abre la puerta a nuevos acuerdos de cooperación
COMENTARIO: Esta iniciativa está en la línea del multiconfesionalismo, no del aconfesionalismo exigible en una democracia. El multiconfesionalismo no sólo no elimina el confesionalismo de hecho estatal, sino que lo agrava.
El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha avanzado que su departamento trabaja en un decreto, actualmente en fase de anteproyecto, que regulará por primera vez la declaración de notorio arraigo de las confesiones religiosas minoritarias en España.
Las confesiones que ahora mismo tienen notorio arraigo son el Islam, el Judaísmo y el Protestantismo, que consiguieron este reconocimiento en el año 1989. Al mismo tiempo, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones) lo obtiene en el año 2003, los Testigos Cristianos de Jehová en el año 2006, la Federación de Entidades Budistas de España en el año 2007 y la Iglesia Ortodoxa en el año 2010.
Según ha detallado durante su primera comparecencia en el cargo en la Cámara Baja, la norma objetivará sus requisitos y el procedimiento para su obtención, con las garantías de seguridad jurídica que ello implica para las confesiones religiosas en España que, hasta la fecha, habían obtenido dicha declaración por acuerdo de la Comisión Asesora de Libertad Religiosa.
Junto a la inscripción en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia, el reconocimiento de notorio arraigo constituye un requisito indispensable para suscribir acuerdos de cooperación con el Estado español.
Finalmente, Catalá ha valorado que actualmente esta en tramitación en el Congreso el proyecto de ley por el que se concede la nacionalidad a los descendientes de sefardíes originarios de España, respetando la que ya tengan.
A su juicio, supone una "reconciliación no sólo con los descendientes de los judíos expulsados en 1492, sino también con el pasado español, y con su vocación presente de sociedad abierta.
"Tiene una importante repercusión más allá de nuestras fronteras, pero que concierne al mismo tiempo a nuestra propia identidad como nación; por eso somos coproponentes con el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación", ha señalado.
Catalá ha detallado que el anteproyecto pretende reconocer la nacionalidad a aquellos de esos descendientes que por una parte demuestren su condición de sefardíes originarios de España y que en segundo lugar demuestren también una especial vinculación con España, la cual, como todos sabemos, se ha preservado en muchas comunidades sefardíes mediante un elemento muy evidente: la lengua.
"La primera circunstancia habrá de probarse ante un notario, y la segunda superando una prueba del Instituto Cervantes, salvo en el caso obvio de los sefardíes que vengan de países donde se habla el español", ha agregado, al mismo tiempo que ha valorado que esta iniciativa culmina una línea de actuación "histórica" de España, que entre otros precedentes importantes incluye un decreto legislativo de 1924, que invocado en la Segunda Guerra Mundial por los diplomáticos españoles para salvar a miles de judíos.
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