Tras la polémica de los crucifijos del Macías Picavea en Valladolid se esconde, a juicio del ex coordinador general de Izquierda Unida, Julio Anguita, todo un retrato de la sociedad. Y no sólo de la vallisoletana.
"Que un ciudadano que pide algo que es constitucional tenga la respuesta de una parte de la ciudadanía y de unos profesionales de la enseñanza es como para llorar como Jeremías sobre el muro de Jerusalén y decir: ‘No tenéis remedio’. Es tremendo el olor a incienso y a camisayo y a sotana, es tremendo. La Castilla de los Comuneros no es ésta", lamentó.
Anguita contó a su llegada al Ateneo Republicano de Valladolid que recibió por correo una petición de apoyo a la iniciativa de Escuela Laica, y la firmó. La polvareda desatada por la sentencia que obliga a la retirada de los símbolos religiosos demuestra, dice, que "todo lo de la Transición ha sido una capita de pintura muy finita, el fondo del problema sigue siendo el mismo y al cabo del tiempo vuelve a salir". "Es una institución muy mal acostumbrada… desde Teodosio", dijo en alusión a la Iglesia.
Antes de pronunciar en el Paraninfo de la Facultad de Derecho su conferencia 'Hacia la III República', Julio Anguita tocó en rueda de prensa otros asuntos candentes, como las exhumaciones de fosas de la represión franquista. "El intento de recuperar personas que yacen en cunetas está siendo contestado desde la magistratura española, hasta los que escriben al dictado o algunos intelectuales, pretendiendo que hay que olvidar, cuando la Iglesia católica no ha olvidado, bien que exalta a sus mártires. Creo que hasta que no se desentierren los muertos y no sepa el pueblo español y los jóvenes la gran tragedia que ocurrió, por mano de unos sediciosos, la cosa no va a estar clara. Hablar de reconciliación callando no es reconciliación".
El que fuera líder de IU en el mejor momento para esas siglas descartó volver a la primera línea de la política, tras reconocer que se lo sugieren de vez en cuando. Pese a la actual situación de Izquierda Unida, Anguita mostró su confianza en el futuro: "Tendremos que buscar en nosotros mismos y mirar al frente".
La viabilidad del proyecto "depende de la voluntad de todos", aseguró antes de pedir "un debate abierto sin segundas intenciones en que se aborde cuál es la esencia de Izquierda Unida, que aclare qué es lo que queremos". Pero él continuará en el segundo plano en el que se instaló hace ocho años, cuando anunció que "cambiaba de trinchera, pero no de guerra".