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Diseño de Leonard Beard. Un puño con un símbolo de mujer rompe una cadena

[Irán] Mujer, vida y libertad

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Esta publicación expresa la posición de su autor o del medio del que la recolectamos, sin que suponga que el Observatorio del Laicismo o Europa Laica compartan lo expresado en la misma. Europa Laica expresa sus posiciones a través de sus:

El Observatorio recoge toda la documentación que detecta relacionada con el laicismo, independientemente de la posición o puntos de vista que refleje. Es parte de nuestra labor observar todos los debates y lo que se defiende por las diferentes partes que intervengan en los mismos.

Mujer, vida y libertad (Jin, Jiyan, Azadi) es uno de los lemas más populares del feminismo kurdo. Kurda era Mahsa Amini (de Sanandaj, la capital administrativa del Kurdistán iraní) y kurdas son las zonas en las que primero prendieron las protestas. Aun así, no se trata de un alzamiento del nacionalismo kurdo, por mucho que el feminismo tenga un peso muy importante y las mujeres un papel trascendental en las reivindicaciones nacionalistas kurdas. Son mujeres –y también hombres– que exigen el fin de la discriminación a la que las somete la visión tradicionalista y extremadamente conservadora y reaccionaria del régimen islámico iraní. Es una protesta feminista. No caben, pues, debates relativistas (y en muchas ocasiones orientalistas) habituales en foros de la izquierda sobre lo que de verdad implica el velo en la sociedad iraní, de su papel identitario e incluso de su función de empoderamiento. No hay empoderamiento posible en ser detenida por llevar el velo ligeramente torcido, torturada, golpeada y asesinada. Las protestas son por la mujer, por la vida y por la libertad. Las manifestantes están muy lejos de poner en riesgo el régimen iraní, y es improbable que la muerte de Mahsa sea la chispa que prenda un gran incendio, pero no por ello dejan de ser menos valientes. Cortarse el pelo es revolucionario en aquellas sociedades que se arrogan el poder sobre el cuerpo de la mujer en el espacio público.
Libertades

Demasiado a menudo el velo no deja ver el bosque. Hoy, Mujer, vida y libertad podría ser el lema de manifestaciones por derechos y libertades en otros países además de Irán. En Estados Unidos, por ejemplo, después de la sentencia sobre el aborto del Tribunal Supremo, y por mucho que los antiabortistas se hayan apropiado del engañoso término provida. O en Italia, donde la previsible victoria de la derecha liderada por la fascista Giorgia Meloni hace temer un retroceso en derechos de las mujeres. Mujer, vida y libertad, podríamos exigir aquí cuando la lacra de las violencias contra las mujeres nos golpea sin pausa.

En Italia, como decía la pensadora feminista Ida Dominijanni en una entrevista en este diario, «Hermanos de Italia defiende el tradicionalismo, le da énfasis a la figura de la mujer-madre, algo que unido a la fobia por los inmigrantes, configura una respuesta de nacionalismo clásico a la crisis de la natalidad». En Occidente, la ultraderecha aprovecha la confluencia de crisis para impulsar su agenda reaccionaria y lanza, crea y libra guerras culturales para ganar adeptos y esconder su otro programa: el de recetas económicas neoliberales y desigualdad galopante. Pero lejos de Occidente, en países como Irán, la guerra cultural es un lujo para privilegiadas: allí, para las mujeres, la guerra es por tierra, mar y aire. Tienen en común, eso sí, que ni allí ni aquí el feminismo es el antónimo de machismo. Defender los derechos de las mujeres es hoy defender la vida y la libertad ante la ofensiva reaccionaria.  

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