La chica, de 16 años, llevaba semanas en muerte cerebral tras sufrir una fractura de cráneo.
La agencia oficial de noticias iraní IRNA ha anunciado este sábado la muerte de la joven Armita Geravand, la adolescente hospitalizada desde principios de este mes tras sufrir una supuesta agresión en el metro de Teherán a manos de agentes de la ‘Policía de la moral’ por no llevar puesto el velo.
«Desafortunadamente, el daño cerebral le provocó un coma y ha muerto hace unos minutos», indicó IRNA. La agencia estatal afirmó que la joven recibió un «extenso tratamiento médico en sus 28 días de hospitalización en una unidad de cuidados especiales».
La versión oficial, difundida por IRNA, señala por contra que la joven sufrió una bajada repentina de tensión mientras esperaba en el andén de la estación Shohada del metro de la capital iraní, Teherán.
Imágenes de seguridad difundidas por IRNA muestran como Garavand y dos amigas entran en unos de los vagones del metro de la capital y a continuación dos de ellas salen cargando a la tercera, vídeo que han usado las autoridades para demostrar que no se produjo ninguna agresión.
Amnistía Internacional, sin embargo, afirmó que el vídeo ha sido manipulado con la aceleración de fotogramas en cuatro secciones y hay lapsos de más de tres minutos en la grabación hecha pública.
Las organización kurda de derechos humanos Hengaw, con sede en Oslo, ha denunciado que la joven fue agredida por no llevar el velo islámico, obligatorio en el país desde 1983.
Geravand llevaba varios días, informaron también medios oficiales iraníes el pasado fin de semana, en estado de muerte cerebral y no existía esperanza alguna de recuperación.
En el marco del suceso, fue detenida una periodista del diario Shargh enviada al lugar para cubrir los hechos, si bien fue liberada más tarde.
El caso es similar al de la joven Mahsa Amini, quien murió hace poco más de un año tras ser detenida por la llamada policía de la moral por no llevar bien puesto el velo islámico, una muerte que las autoridades atribuyeron a causas naturales.
Su muerte provocó fuertes protestas que durante meses pidieron el fin de la República Islámica y solo desaparecieron tras una represión que causó 500 muertos, la detención de al menos 22.000 personas y en las que fueron ejecutados siete manifestantes, uno de ellos en público.
El primer aniversario de la muerte de Amini se conmemoró el 16 de septiembre en medio de una fuerte represión y un enorme despliegue de fuerzas de seguridad, y solo se produjeron tímidas protestas.
En los últimos meses, el Gobierno iraní está tratando de reimponer el uso del velo, con la presencia de patrullas en las calles, la denegación de servicios y la aprobación de una ley que endurece los castigos por no cubrirse el cabello.