Con origen brasileño, la secta ultracatólica y anticomunista, los Heraldos del Evangelio, construirá una “ciudad religiosa” en Sevilla la Nueva, un municipio al suroeste de Madrid que cuenta con una población de 9.345 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Tanto el proyecto de edificación en una zona protegida como las prácticas de esta comunidad de extrema derecha católica han generado una respuesta negativa de los vecinos que han mostrado, además, la preocupación de que esta zona se convierta en un lugar de peregrinaje de radicales religiosos de toda Europa, similar a Lourdes, en Francia.
Y es que el Papa Francisco intervino en esta asociación privada de fieles de derecho pontificio en 2019 por presuntos exorcismos, duras disciplinas a los jóvenes adeptos y acusaciones de alienación parental. Además, el año pasado la Congregación de Institutos de Vida Consagrada ordenó el cierre de las escuelas administradas por la comunidad y el Vaticano prohibió que hubieran menores de edad a su cargo, exigiendo la devolución a sus familias.
Un macrotemplo autorizado por el PP a escondidas de los vecinos
Como informó Diario Público, el alcalde por el Partido Popular (PP) de Sevilla la Nueva, Asensio Martínez, daba la bienvenida a Ginés Ramón García Beltrán, el obispo de la ciudad madrileña Getafe el 18 de mayo de 2019 para celebrar la puesta en marcha del macroproyecto en la finca de Los Alcores, en la urbanización Los Cortijos ubicada en el municipio.
Tras un desfile de hombres y mujeres de la presunta secta con ropajes similares a los de los antiguos templarios, el obispo bendijo la colocación de la primera piedra de lo que será un macrocomplejo de un total de 198.000 metros cuadrados y que contará con una iglesia de 1.800 metros cuadrados, dos torres de 70, un monasterio de 5.00, un colegio de 1.500, una hospedería de 1.600, una piscina y 488 plazas de aparcamiento, según el mismo diario.
Sin embargo, la edificación en esta zona tiene una serie de restricciones debido a que se trata de un paraje rodeado de vegetación y donde viven los últimos águilas imperiales de Madrid. Es decir, la finca está calificada como una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Por ello, las construcciones no pueden superar los 7 metros de altura, según la ordenanza municipal. Los habitantes han organizado una campaña de recogida de firmas para frenar tal “aberración medioambiental”, pues las torres llegarán a medir hasta 70 metros de altura.
A pesar de la puesta en marcha de la iniciativa que, a día de hoy, cuenta con 2.977 firmas en Change.org, los vecinos no supieron nada acerca del proyecto hasta el 30 de septiembre del año pasado, cuando en el pleno del Ayuntamiento autorizó la construcción con mayoría absoluta del PP y con la única negativa del su oposición, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Las pintas de los miembros de Los Heraldos del Evangelio es pa estudiarla pic.twitter.com/W4RvzgK18y— Dani Domínguez (@DaniDominguezRo) April 13, 2022
El alcalde ha declarado: “Lo que se votó en el pleno fue una declaración de intenciones. No se va a construir nada que no se ajuste a la normativa urbanística”. Desde que se aprobó en el pleno, la realidad es que la iniciativa está en tramitación administrativa, urbanística y ambiental. No obstante, Carmen Flores, concejal por el PSOE en el municipio, le recordó: “A ninguno de los vecinos se les permite construir más allá de los siete metros, aunque fuese solo para levantar una buhardilla. Pero ahora se permite una excepción por un presunto interés general, cuando estamos hablando de una parcela cerrada, de propiedad de una comunidad cerrada”.
De hecho, Diario Público también ha revelado que la asociación pidió en 2018 cierto compromiso por parte del alcalde, demandando un informe vinculante para la Administración Municipal en relación con la licencia urbanística. En él debía constar ya no solo la viabilidad de la propuesta de acuerdo a la normativa, sino que se exigía que tras el acuerdo no se modificarían las condiciones técnicas del proyecto. A cambio de aceptar sus condiciones, los Heraldos del Evangelio comprarían el terreno por una cantidad que todavía no se ha hecho pública.
Proyectos faraónicos para expandir su ideología por España
El modus operandi de los también conocidos en Brasil como Caballeros de la Virgen es la construcción de grandes edificaciones con un tinte faraónico como hacían los templarios en sus cruzadas con los “infieles”. Su objetivo de expansión hacia España se vertebra en aumentar su visibilidad, por un lado, y por otro atraer adeptos mediante el apoyo del obispado.
Los Heraldos del Evangelio surgen de la organización política Tradición, Familia y Prosperidad (TFP), firmes contrarios de la Teología de la Liberación, una corriente implantada en América Latina en los años 60 que asumió ciertos preceptos marxistas para adentrarse en comunidades pobres. Algunos de los sacerdotes fueron asesinados por grupos terroristas de ultraderecha, como Triple A.
TFP llegó a España justo cuando surgía la oposición estudiantil y obrera a la dictadura franquista. Surgió bajo el nombre de Sociedad Cultural Covadonga, haciendo referencia a la batalla por la que se impidió el asentamiento en el norte de la península al Al-Andalus y en 1983 adoptaron el nombre de Sociedad Española de Defensa de la Tradición, Familia y Prosperidad-Covadonga. Unos universitarios fueron el germen de toda una ideología radical en España debido a su preocupación “con la decadencia del Occidente cristiano y con el avance del comunismo”.
Se autodefinen como “el mayor movimiento cívico-culutral anticomunista de inspiración católica del mundo”, abogando también por la erradicación de partidos socilistas, la defensa del derecho “natural” a la propiedad privada y la restauración de las instituciones familiares y políticas tradicionales.
Estas ideas son compartidas por los Heraldos del Evangelio, movimiento consolidado tras la muerte del político, periodista y fundador de TFP, Plinio Corrêa de Oliveira y que empezó a operar formalmente en 2005, según ha afirmado el psicoterapueta especializado en sectas, Miguel Peraldo en una entrevista a Diario Público.
El especialista también ha afirmado que «Su misión es conseguir nuevas vocaciones a toda costa y cuando las conversiones se fuerzan pueden surgir problemas importantes» y que, para ello, llegan a impedir a los jóvenes relacionarse con sus familias mientras están internados en sus centros, como bien se demuestra en algunos de sus procesos judiciales abiertos en Brasil.